7. Ampliación firme e invariable de la apertura al exterior y elevación integral del nivel de la economía abierta. Afrontamos activamente los bruscos vaivenes del entorno exterior, adoptamos oportunamente políticas y medidas encaminadas a estabilizar la demanda externa y aplicamos la estrategia de diversificar el mercado, logrando que el valor global de las importaciones y exportaciones aumentara a una media anual del 12,2% y ascendiera del tercer al segundo puesto mundial, y que el volumen de las exportaciones se aupara al primero y su porcentaje en el mercado internacional se incrementara en algo más de dos puntos frente al año 2007, todo lo cual contribuyó a optimizar la estructura de las importaciones y exportaciones y a reforzar aún más nuestra posición como potencia comercial. En el pasado lustro, los fondos foráneos utilizados efectivamente totalizaron 552.800 millones de dólares, la estructura y la distribución de su utilización se optimizaron notablemente y su calidad y nivel se elevaron de forma ostensible. Aceleramos la aplicación de la estrategia de “salir al exterior” y estimulamos a las diversas modalidades de empresas a invertir fuera y a llevar a cabo actividades transnacionales, con lo que no sólo conseguimos que las inversiones directas en el exterior dedicadas a actividades no financieras —cifradas en el 2007 en 24.800 millones de dólares— ascendieran en el 2012 a 77.200 millones, siendo su crecimiento medio de un 25,5% anual, sino que logramos que nuestro país se situara entre las grandes potencias en inversiones en el exterior. La apertura al exterior promovió vigorosamente el desarrollo de nuestra economía y la optimización de su estructura, sirvió para asimilar tecnologías y experiencias administrativas avanzadas, aumentó el empleo y los ingresos de los trabajadores y, además, hizo importantes contribuciones a la recuperación de la economía mundial.