Un tribunal cubano inició hoy en La Habana un juicio a los ciudadanos británicos Amado Fakhre y Stephen Purvis, dos directivos de la firma británica Coral Group acusados de corrupción.
La vista se desarrolla a puertas cerradas en el Tribunal Municipal "Diez de Octubre", de la capital cubana, ante la presencia de familiares, amigos y compañeros de trabajo de los acusados.
Fakhre --británico de origen libanés-- era director ejecutivo de la firma Coral Capital y su compatriota Purvis jefe de operaciones de la misma.
Además de Fakhre y Purvis como principales sospechosos, el caso incluye a otros seis imputados: los cubanos Teovaldo Cruz, Rosalía Marina Peraza, Antonio Jesús Pereda Rodríguez, Ismael Mario Zenea y Roberto Gustavo Domínguez.
Hasta ahora las autoridades no ofrecieron ninguna información sobre el caso y se desconoce cuáles fueron los cargos contra todas estas personas, aunque fuentes cercanas a la compañía dicen que el motivo serían supuestos sobornos de la división comercial de Coral a funcionarios cubanos.
El proceso comenzó en 2011 con el cierre de las oficinas de la compañía y el arresto de los directivos.
Coral Group era socia de Cuba desde 1997 en el manejo de hoteles en la isla y representaba a marcas de vehículos.
La audiencia judicial tiene lugar una semana después de que un tribunal habanero enjuició al empresario canadiense Sarkis Yacoubian, directivo de la firma Tri-Star Caribbean, acusado de corrupción,evasión de impuestos y actividades perjudiciales para la economía de Cuba, y pendiente de recibir sentencia.
El gobierno cubano ha realizado varios arrestos de empresarios extranjeros en los últimos años y cerrado oficinas de empresas foráneas en la isla, como parte de la ofensiva anticorrupción encabezada por el presidente Raúl Castro.
En noviembre pasado, el fiscal general Darío Delgado dijo en una conferencia sobre la corrupción que la persecución contra ese mal en Cuba es "permanente" y nadie está exento de responsabilidad penal.