21/05/2013(Pueblo en Línea)-“Creo que nunca me consideraré totalmente estadounidense ni totalmente china, y creo que estoy y seguiré estando para siempre entre las dos culturas”, es una frase de Un Lugar en el Medio, un documental de la directora Linda Goldstein Knowlton sobre Ruby, su hija que adoptó de China.
“Aunque Ruby sólo tiene 7 años de edad, y es tan pequeña que no puede considerar el problema del reconocimiento cultural”, dice Linda, “desde el primer día que la adoptamos, no puedo dejar de preguntarme cómo considerará su identidad y su cultura cuando crezca y madure”.
Así también piensan otros padres estadounidenses que han adoptado niños chinos. Aman a sus hijos adoptivos y los tratan como a sus propios hijos biológicos, pero al mismo tiempo entienden que vienen de una cultura totalmente diferente.
La mayoría de ellos prestan mucha atención a la cultura de sus hijos adoptivos, por lo que hacen que estudien el idioma chino, bailen danzas tradicionales o aprendan a tocar instrumentos musicales chinos. También celebran el Año Nuevo Chino, comen “zongzi” durante el Festival del Bote del Dragón y contemplan la luna en la noche cuando se celebra el Festival del Medio Otoño. Al principio, muchos de ellos no sabían nada de la cultura china, sin embargo, después de la adopción, comenzaron a aprender ellos también.
Durante el Año Nuevo Chino, Linda y su marido Don vistieron a Ruby con un “qipao” de color rojo para participar en la celebración para recibir el año de la serpiente en la librería Huntington. En casa, hicieron que Ruby, que acababa de aprender a escribir caracteres chinos, escribiera carteles pareados tradicionales para pegarlos junto a la puerta de su casa.
Suzy Mozer, amiga de Linda, trabaja en la librería Huntington, adonde cada año lleva a su hija adoptiva Mo Guoshu a participar en las celebraciones para recibir la primavera.
Mo Guoshu no tiene un nombre en inglés, por lo que en casa la llaman “Shu Shu”. “Le conservé su nombre chino a propósito porque es su identidad”, explicó Suzy Mozer.
La fiesta del Año Nuevo Chino se ha convertido en algo imperdible para las familias estadounidenses con hijos chinos. Además, según Suzy Mozer, “Tratamos de pasar la vida cotidiana de manera china. Por ejemplo, cada vez que tenemos la oportunidad, vamos a tomar té chino, mientras visitamos a menudo a los barrios donde viven los chinos”.
Linda dice: “El reconocimiento personal es un proceso necesario para el crecimiento de un niño, por eso, espero que Ruby ame la cultura china y se sienta orgullosa porque es una parte que lleva en la sangre”. “Es importante hacer que un niño ame su cultura original. Debido a que la amo, amo su ser original y espero que se sienta orgullosa de su identidad”, añadió Suzy Mozer.