República Dominicana organizó el retorno de medio millar de trabajadores temporeros provenientes de Haití, práctica que había sido abandonada hace más de tres décadas y que fue retomada este año con personal contratado para el corte de caña de azúcar en el sur dominicano, informaron hoy las autoridades.
La Dirección General de Migración señaló en un comunicado que la "histórica" operación se realizó la semana pasada por el puesto fronterizo de Jimaní, 282 kilómetros al oeste de la capital, por donde los inmigrantes cruzaron a su país tras permanecer algunos meses bajo las órdenes del Consorcio Azucarero Central, propietario del ingenio Barahona, 200 kilómetros al suroeste de la capital.
El director general de Migración, Ricardo Taveras Blanco, dijo que el traslado de los trabajadores se produjo después de que la empresa, con el apoyo de ese organismo, la Cancillería dominicana, el Ministerio de Trabajo y el consulado de Haití en Barahona, lograron regularizar el estatus del personal dotándolo de contratos y de documentos de identidad.
Cada año, miles de personas cruzan ilegalmente de Haití, en la parte occidental de la isla Hispaniola, a la vecina República Dominicana, ubicada en la parte oriental, en busca del trabajo que no consiguen en su propio país.
Debido a su situación irregular, el grueso de los trabajadores provenientes de Haití, que se dedica fundamentalmente a la agricultura (corte de caña y recolección de café) y a la construcción, gana muy poco dinero y no recibe los beneficios laborales que obtienen sus pares dominicanos.
El director de Migración dijo hoy que la organización de un proceso de migración "circular, ordenada, legal, laboral y socialmente sostenibles", permitirá que esos mismos trabajadores retornen al país sin ningún inconveniente y con la garantía de un contrato que les garantizará cobertura de seguridad social, pago justo y condiciones humanas adecuadas.
"Cuando logremos que toda la fuerza laboral haitiana sea parte de un proceso de migración circular, estaremos impactando positiva y ordenadamente su economía, lo que debe redundar en beneficio de ambas naciones", afirmó Taveras.
Pero la semana pasada, la Red Fronteriza Jano Siksé, una organización defensora de los derechos humanos, denunció que los trabajadores fueron repatriados "sin pasaportes, visas o carnet expedido por Migración, requisito necesario para poseer el estatus migratorio de trabajador temporero".
La entidad agregó en un comunicado que "cientos de hombres, mujeres y algunos niños pequeños fueron dejados en la zona aduanera del país vecino, sin avisar a Migración haitiana y con tan solo unas pequeñas pertenencias".
El medio millar de haitianos temporeros fue contratado en noviembre pasado, mes en el que se inició la zafra 2012-2013 del ingenio Barahona y que tendría una duración de 180 días con la meta de producir más de 75.000 toneladas métricas de azúcar.
El Consorcio Azucarero Central, de capital dominicano y francés, es una de las cuatro empresas dedicadas a la producción de azúcar en el país, y aportó el año pasado el 10 por ciento de las 536.182 toneladas métricas del dulce producido en República Dominicana.
El año pasado, y también tras más de un cuarto de siglo suspendida, República Dominicana retomó la regulación de trabajadores haitianos y aceptó al primer contingente de esos inmigrantes contratados por una empresa privada instalada en territorio dominicano.
Los jornaleros fueron contratados para trabajar en fincas de banano de la empresa Plantaciones del Norte SRL, ubicada en la localidad de Monte Cristi, 270 kilómetros al noroeste de Santo Domingo.
En esa oportunidad, Taveras dijo que 185 empresas habían depositado la documentación de 7.385 trabajadores extranjeros para fines de registro y regularización.
La regulación de trabajadores haitianos está establecida en la Ley General de Migración dominicana que fue promulgada en el 2004, y en su reglamento de aplicación que recién fue puesto en vigencia el 19 de octubre del 2011 por el presidente dominicano Leonel Fernández.
Hasta la década del setenta, los haitianos que llegaban a territorio dominicano a trabajar, sobre todo en los cañaverales, recibían un carné que acreditaba su permanencia legal en República Dominicana.
El gobierno dominicano inició en enero un programa para regular la mano de obra extranjera temporera con la entrega a 220 trabajadores haitianos de un carnet de identidad que les permite disfrutar de todos los derechos, entre ellos el acceso a la seguridad social.
Un estudio realizado por el Centro de Formación y Acción Social y Agraria (CEFASA) y dado a conocer en marzo pasado determinó que en la agricultura, la construcción y "otros sectores laborales" más del 70 por cientode la mano de obra en República Dominicana es haitiana.
El informe también señaló que el 98 por ciento de los haitianos que trabajan en el corte de caña de azúcar no cuentan con la documentación que permita su permanencia legal en República Dominicana.
Una encuesta realizada por el gobierno con el apoyo del Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA) y la Unión Europea reveló a principios de este mes que del total de extranjeros residentes en el país 458.233 nacieron en Haití (87,3 por ciento de la población de inmigrantes radicados en el país), mientras que otros 244.000 son dominicanos de ascendencia haitiana.
La investigación no diferenció entre inmigrantes legales e ilegales, pero una fuente consultada por Xinhua manifestó que la metodología abarcó a ambos componentes.
Las autoridades dominicanas reiniciaron a principios del 2011 la repatriación forzosa de ilegales que había suspendido en febrero del 2010, un mes después del devastador sismo del 12 de enero de ese año que causó 222.570 muertos y daños por 7.900 millones de dólares.