GUATEMALA, 24 may (Xinhua) -- La vida del ex presidente guatemalteco Alfonso Portillo, extraditado hoy a Estados Unidos por lavado de unos 70 millones de dólares durante su gobierno de 2000 al 2004, ha estado plagada de incidentes violentos y huidas continuas del brazo de la justicia de varios países hasta ahora.
El ex jefe de gobierno, actualmente de 62 años, un hábil orador y una peculiar voz carrasposa con tonos bajos, que le valió el apodo de "pollo ronco", son parte de las características de Portillo, quien es un asiduo lector de libros, adora el ron Zacapa Centenario, colecciona relojes de lujo y es fanático de contar chistes.
En 1982 mató a dos personas tras una riña en una fiesta en el pueblo de Chilpancingo, situación que fue admitido por él y dijo que fue en defensa propia y el caso se cerró en 1995; la estrategia fue huir a otro Estado y dejar que el delito prescribiera.
En 1989 regresó a Guatemala e incursionó en el Partido Social Democrático (PSD), que era de ideología izquierdista, luego se integró a Democracia Cristiana Guatemalteca (DCG), de derecha, que se convirtió en el partido gobernante.
El 20 de junio de 1995, Portillo ingresó en el Frente Republicano Guatemalteco (FRG) fundado por el general golpista Efraín Ríos Montt (1982-83), a quien en principio criticaba fuertemente y luego convirtió en su mejor aliado.
Durante su gobierno se destaparon varios de los más fuertes casos de corrupción estatal, dos de los cuáles los involucra directamente al haber sacado varios millones de quetzales (moneda nacional) del banco del gobierno y blanqueado a través de bancos estadounidenses.
Tras dejar la presidencia en el 2004, a Portillo le correspondía ocupar una plaza de diputado en el Parlamento Centroamericano (Parlacen), lo cual le garantizaba la inmunidad. Sin embargo, su curul le fue negada y entonces huyó a El Salvador y desde ahí voló después a México. Esta nación lo extraditó a Guatemala en el 2008 por el delito de peculado por haber desviado 15 millones de dólares del Ministerio de la Defensa Nacional.
Sin embargo, Portillo consiguió que un tribunal lo dejara libre bajo fianza y así volvió a evadir a la justicia. De manera paralela, Estados Unidos entabló una solicitud de extradición por conspiración para el lavado de dinero, y cuando iba a ser capturado escapó de las fuerzas de seguridad hacia una región del Caribe guatemalteco.
El ex presidente buscaba llegar por mar al vecino Belice y de ahí buscar otro destino. Pero las fuerzas de seguridad, asesorados por agentes de la Comisión Internacional contra la Impunidad en Guatemala (Cicig) iniciaron una cacería humana y consiguieron aprehenderlo.