La próxima cumbre entre el presidente chino Xi Jinping y su homólogo estadounidense Barack Obama ayudará a clarificar las relaciones bilaterales en amplio sentido, según sostuvieron algunos expertos chinos.
El Ministerio de Relaciones Exteriores de China anunció a principios de esta semana que los dos líderes se reunirán entre el 7 y el 8 de junio en Sunnylands, California, tras las visitas que Xi realizará a tres países latinoamericanos. Se tratará del primer encuentro entre ambos desde que Xi tomara posesión de su cargo en marzo.
A diferencia de las anteriores reuniones entre los líderes de las dos naciones, la inminente cumbre tendrá lugar en la finca Walter y Leonore Annenberg, una hacienda en el desierto conocida como el "Camp David de la Costa Oeste".
Según Jin Canrong, profesor de la Universidad Renmin, con sede en Beijing, la informalidad de la reunión creará una atmósfera más relajada para permitir que se logren intercambios en mayor profundidad.
"Si las dos partes sienten que existe un distanciamiento entre ellas, prestarán mayor atención a las formas, pero si hay familiaridad, se centrarán más en la eficiencia", añadió Jin.
Tao Wenzhao, investigador del Instituto de Estudios Americanos de la Academia de Ciencias Sociales de China (CASS, siglas en inglés), opina que las reuniones de menor tamaño normalmente resultan en conversaciones más sustanciales.
Los presidentes de Estados Unidos tienen la costumbre de reunirse con líderes en lugares informales, entre los cuales el más famoso es Camp David, donde Franklin Roosevelt discutió la campaña de Normandía con Winston Churchill en 1943.
El portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores de China, Hong Lei, dijo el martes que la cumbre ayudará a reforzar la comunicación estratégica, incrementar la confianza mutua y hacer más profunda la cooperación bilateral.
Según Tao, es improbable que las dos partes alcancen acuerdos en asuntos específicos tales como las actuales tensiones en la Península Coreana o la ciberseguridad.
Ambos países disponen de varios canales de intercambio y cooperación para discutir asuntos concretos, afirmó Tao, añadiendo que los dos líderes se concentrarán seguramente en cuestiones de mayor relevancia y a largo plazo.
El embajador de China en EEUU, Cui Tiankai, dijo en un reciente simposio celebrado en Washington que la reunión "puede que no tenga una larga lista de lo que nosotros llamamos 'fructificable', pero permitirá que nuestra cooperación de mucho más frutos en el futuro".
"La construcción de la confianza mutua es bastante importante, y la clarificación continua de las posiciones estratégicas en las relaciones bilaterales puede generar ideas que ayuden a resolver asuntos específicos", de acuerdo con Jin.
Zbigniew Brzezinski, antiguo asesor de Seguridad Nacional de EEUU, afirmó que la cumbre se produce en un "momento muy oportuno" y que es "muy necesaria".
En opinión de Shen Jiru, también investigador de la CASS, el encuentro ayudará a construir un nuevo tipo de relación entre ambas partes, un tema que se mencionó en un informe entregado en noviembre al XVIII Congreso Nacional del Partido Comunista de China, y añadió que "en un ambiente tan relajado, los dos líderes podrán profundizar aún más su entendimiento mutuo y aclarar las diferencias".