La reunión entre el presidente estadounidense, Barack Obama, y el presidente chino, Xi Jinping, será un evento trascendental en las relaciones entre ambos países, así como en las relaciones del resto del mundo, dijo el martes en Nueva York el antiguo secretario de Estado estadounidense Henry Kissinger.
"Estoy entusiasmado por el anuncio de que se celebrará una reunión entre ambos presidentes, y especialmente por la agenda que se ha propuesto", dijo Kissinger en un discurso pronunciado en un fórum titulado "Relaciones económicas entre EEUU y China en la próxima década", patrocinado por la Fundación de Intercambio entre China y Estados Unidos y celebrado en la sede de la Sociedad Asia.
La agenda "subraya la relación de largo alcance, la revisión de las interacciones recientes y la definición de objetivos a largo plazo, lo cual podría hacer de esa reunión un evento trascendental en las relaciones entre China y Estados Unidos, así como en las relaciones del resto del mundo", dijo Kissinger, de 89 años de edad.
Se espera que el presidente chino Xi se reúna con Obama en una Cumbre sino-estadounidense en California a comienzos del mes que viene, después de que Xi haya visitado los países de Trinidad y Tobago, Costa Rica y México.
La reunión entre Xi y Obama será la primera entre los dos desde que el presidente chino asumiera su cargo en marzo. Según la Casa Blanca, los líderes mantendrán "discusiones en profundidad sobre una amplia gama de cuestiones bilaterales, regionales y globales".
"Hemos alcanzado una etapa totalmente distinta en nuestra relación. Al comienzo, teníamos un adversario común, pero con el paso del tiempo, ahora debemos hacer frente a un desafío común. Ese desafío es cómo construir un mundo real, por primera vez en la historia, sobre una base global", dijo Kissinger.
Como ya se ha señalado anteriormente, Estados Unidos y China tienen una obligación especial en un período muy complicado, añadió el político.
"En la situación actual, compartimos una serie de problemas. Si no los resolvemos conjuntamente, el mundo entero quedará dividido entre pueblos que se han visto forzados a elegir uno u otro modelo. Eso sería un desastre para los dos países y para el mundo", dijo.
Kissinger propuso que lo que China y Estados Unidos deberían hacer es abordar una perspectiva común hacia la forma en que se deben resolver los problemas y, a partir de ahí, trabajar junto a la comunidad internacional para convertirla en una verdadera comunidad internacional.
"Nuestros dos países tienen problemas internos serios. A medida que avanzan hacia la nueva etapa, nuestros dos países se enfrentan a una nueva situación internacional, pero ambos han entendido que necesitan un patrón de cooperación. Ahora tenemos que definir qué es ese patrón", añadió.
"Estoy convencido de que cuando ambas partes trabajen en la agenda que se ha propuesto, estaremos avanzando hacia un capítulo aún mejor en las relaciones sino-estadounidenses, y un capítulo mejor para la paz y el progreso en el mundo", concluyó Kissinger.