Funcionarios de Estados Unidos dieron hoy la bienvenida a la propuesta de que Siria entregue sus armas químicas, aunque expresaron escepticismo y señalaron que esto podría ser una "táctica dilatoria" para evitar un ataque militar de Estados Unidos contra Siria.
"Damos la bienvenida a la decisión de Siria de entregar sus armas químicas", dijo Tony Blinken, asesor asistente de Seguridad Nacional del presidente de Estados Unidos.
Estados Unidos examinará "minuciosamente" la propuesta presentada por el ministro de Relaciones Exteriores de Rusia, Sergey Lavrov, y discutirá la idea con los rusos.
En la propuesta, Lavrov pide a Siria "colocar sus reservas de armas químicas bajo control internacional para que puedan ser destruidas".
"Está claro que esta propuesta se produce en el contexto de la amenaza de una acción por parte de Estados Unidos y de la presión que el presidente está ejerciendo", dijo Blinken.
Al mismo tiempo, funcionarios de Estados Unidos expresaron escepticismo con respecto a la propuesta rusa. "Somos muy escépticos en torno al compromiso del régimen de Assad para de hecho deshacerse de sus armas químicas", dijo hoy la vocera adjunta del Departamento de Estado, Marie Harf, durante la sesión informativa diaria.
"Es obvio que no queremos que esta sea otra táctica dilatoria. Los rusos han apoyado durante meses y años al régimen sirio en la ONU y en la comunidad internacional", agregó Harf.
Blinken también dijo que el gobierno de Estados Unidos está "consciente de la incapacidad del régimen de Assad durante tanto tiempo, 20 años, para firmar la convención sobre armas químicas y de que no permitió inspectores de la ONU, sino hasta el último momento, y a raíz del ataque del 21 de agosto".
Estados Unidos no quitará la presión sobre Siria, observó Blinken, quien pidió al congreso aprobar la resolución para autorizar al presidente de Estados Unidos la toma de medidas militares contra Siria.
Obama anunció el 31 de agosto que pediría la autorización del congreso para llevar a cabo un ataque militar contra el régimen del presidente de Siria, Bashar al-Assad, con el fin de castigarlo por su presunto ataque perpetrado el 21 de agosto con armas químicas en un suburbio de Damasco, el cual, según Estados Unidos, provocó la muerte de más de 1.400 personas. El gobierno sirio negó la acusación.
Luego de reunirse con Obama hoy con anterioridad, la ex secretaria de Estado, Hillary Clinton, dijo que el presunto ataque con armas químicas de Siria "exige una respuesta enérgica".
Si Siria entrega de inmediato sus reservas de armas químicas para ponerlas bajo control internacional, sería un "avance importante", dijo Clinton. Sin embargo, la ex secretaria también observó que "esto no puede ser otra excusa para demorar u obstruir" la acción militar.
Esta es la primera ocasión en que Clinton apoya de manera pública la decisión de Obama en el sentido de castigar a Siria por el presunto ataque con armas químicas contra su propia población.
La administración Obama está intensificando su campaña de cabildeo para convencer al congreso de que autorice el uso de la fuerza en Siria. Los congresistas regresaron hoy del receso de verano para deliberar sobre la resolución.
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