OSLO, 22 jul (Xinhua) -- Noruega conmemoró hoy el segundo aniversario del incidente del 22 de julio en el que 77 personas perdieron la vida hace dos años en una potente explosión de bomba en el centro de Oslo y en el posterior tiroteo en la pequeña isla de Utoeya.
En un ceremonia en menor escala que la del año pasado, el primer ministro Jens Stoltenberg pronunció un discurso de seis minutos durante una ceremonia de colocación de ofrendas florales frente al dañado edificio gubernamental que solía albergar su oficina.
Stoltenberg pidió a toda la nación mantenerse alerta ante las fuerzas racistas y de extrema derecha que, dijo, están creciendo en Europa.
En el primer aniversario del incidente, el rey de Noruega Harald V se unió a Stoltenberg en la colocación de ofrendas florales, en presencia de la reina y los príncipes. Pero este año, la pareja real asistió hoy a un servicio conmemorativo especial en la catedral de Oslo.
Este año tampoco se organizó ningún gran concierto en Oslo. Sólo hubo una pequeña pieza musical, "Mi pequeño país", interpretada por el famoso músico noruego Arne Hiorth durante la colocación de las ofrendas ante el edificio gubernamental.
También hay menos flores en Oslo y en Utoeya, lo cual indica que la vida ha vuelto a la normalidad a dos años de la tragedia que sacudió a la nación.
La isla de Utoeya se encuentra a cerca de 40 kilómetros al oeste de la capital.
Eskil Pedersen, líder del ala juvenil AUF del gobernante Partido Laborista, dijo que el hecho de que no tantas personas hayan participado en las actividades conmemorativas de este año no significa que los noruegos hayan olvidado este trágico día.
"Creo que mucha gente tiene este día en la mente y lo conmemora a su manera", dijo Pedersen. Muchos de los muertos en Utoeya pertenecían al AUF.
En opinión de Pedersen, es bueno que Noruega haya vuelto a la normalidad.
En la isla de Utoeya también se realizó hoy por la tarde una ceremonia conmemorativa. Muchos autos se detuvieron en la carretera al otro lado de la isla.
Familiares y amigos salieron de los autos y caminaron hasta una roca de la carretera en donde colocaron flores, juguetes, velas y tarjetas en honor de las 69 personas asesinadas a tiros por el noruego Anders Bering Breivik, quien cumple una sentencia de 21 años de prisión.