Los rectores de las universidades de Chile pidieron hoy terminar con las tomas y paros de los planteles educativos por parte de los estudiantes, debido a que estas actividades perjudican su formación académica, aunque dijeron que coinciden con la mayoría de sus demandas.
En la actualidad cerca de 20 universidades se encuentran paralizadas y tomadas, y en momentos en que los estudiantes secundarios están incrementando sus movilizaciones, el Consejo de Rectores de las Universidades de Chile (Cruch) pidió poner fin a la toma de planteles, aunque esto no significa detener sus manifestaciones y marchas.
Los estudiantes secundarios y universitarios chilenos comenzaron en 2011 una serie de grandes movilizaciones para demandar una educación pública, gratuita y de calidad para todos, lo que no ha sido respondido por el gobierno del presidente Sebastián Piñera, de derecha.
Ahora, el objetivo es influir en las próximas elecciones primarias del 30 de junio, donde se elegirán los candidatos a la presidencia de la oposición y el oficialismo.
A través de un comunicado, el Cruch señaló que estas tomas "dividen a nuestras instituciones, alteran el proceso formativo de miles de estudiantes y dañan gravemente a nuestras universidades".
Los dirigentes docentes también indicaron que las tomas "debilitan nuestras instituciones y, en consecuencia, a toda la educación superior pública".
"Llamamos, por lo mismo, a los estudiantes, a sus familias y a las comunidades que integran nuestras universidades a reconstituir los espacios de diálogo y reflexión que nos permitan restablecer cuanto antes las actividades académicas y la más plena normalidad institucional", agregó el comunicado.
De todos modos el Cruch señaló que entendía las razones de las movilizaciones estudiantiles, debido a que los avances en educación "están todavía lejos de las metas que nuestras comunidades universitarias se han propuesto lograr".
Los rectores agregaron que "es indudable que hemos avanzado en poner estos temas en la agenda nacional y que, gracias a eso, hoy son parte del debate público en un año electoral decisivo, dando contenido y densidad al proceso político".
"Ese es un triunfo del movimiento social por la educación y de nuestras instituciones, que debe llevarnos a asumir con la mayor responsabilidad las tareas todavía pendientes a favor de una auténtica defensa de la educación pública", agregó el documento.