Miles de personas salieron este miércoles por segundo día consecutivo en las calles de Brasilia para protestar contra el aborto y el casamiento entre personas del mismo sexo, que fue legalizado en mayo pasado por medio de una polémica decisión judicial.
Las protestas, organizadas por grupos evangélicos con el apoyo de otras religiones, reunió a unas 40.000 personas en las calles de la capital brasileña, según la policía.
El pastor Silas Malafaia, uno de los organizadores del acto, dijo que uno de los objetivos centrales de la protesta era la decisión del Consejo Nacional de Justicia (CNJ), que el pasado 14 de mayo legalizó por la vía judicial el casamiento homosexual.
Hasta entonces, Brasil sólo contemplaba la figura de la "unión estable" entre homosexuales, equivalente a un casamiento, aunque sus miembros son considerados "solteros" y tienen limitaciones en cuanto a herencias y otras garantías reservadas a los matrimonios heterosexuales.
La decisión del CNJ hizo que las uniones estables pasaran a ser convertidas legalmente en un matrimonio si así se solicita y los registros civiles del país ya no pueden negarse a casar a parejas de homosexuales.
Malafaia condenó el casamiento entre personas del mismo sexo y lo igualó a una hipotética liberación de las drogas o a la legalización del aborto, y aseguró que "si la sociedad brasileña sigue por ese camino de liberar todo, será destruida".