La presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, realizará una visita oficial a Estados Unidos en octubre, algo que debe marcar el inicio de una nueva era en las relaciones entre los dos países y entre Estados Unidos y América Latina, aseguró este miércoles el vicepresidente estadounidense, Joe Biden, en Río de Janeiro.
El presidente Barack Obama "me pidió invitar a la presidenta Rousseff a ir a Washington para la única visita de Estado que se hará este año", dijo Biden ante decenas de empresarios y autoridades brasileñas en un discurso en la zona portuaria de Río de enero.
En un comunicado, la Casa Blanca aseguró que la visita de la mandataria brasileña será el 23 de octubre, y que será la primera de Estado que se produce durante el segundo mandato de Barack Obama.
Las visitas de Estado están reservadas para los socios más estratégicos e incluyen discursos en el Congreso y un protocolo especial, así como una cena de gala en la Casa Blanca.
En un momento en que la influencia de Estados Unidos en América Latina pierde fuerza al tiempo que la gana Brasil, Biden hizo un discurso cargado de elogios para el país brasileño, para convencer incluso a los más escépticos sobre la necesidad de profundizar el comercio y la inversión.
"Ya no podemos referirnos a Brasil como un país emergente, ya emergió y todo el mundo lo vio", dijo el vicepresidente norteamericano, quien agregó que la economía de Brasil es la séptima del mundo y superior a la de otros países de los Brics como India o Rusia.
"2013 es el comienzo de una nueva era en las relaciones entre Brasil y Estados Unidos", dijo Biden, quien se reunirá el viernes en Brasilia con Dilma Rousseff y con el vicepresidente Michel Temer.
"Obama y yo creemos que el momento es una oportunidad increíble para que se abra una nueva era en las relaciones entre Estados Unidos y América (...) y ningún socio es más importante en este contexto que Brasil", dijo Biden.
La de Dilma Rousseff será la primera visita de Estado de un presidente brasileño a Estados Unidos desde la que hizo Fernando Henrique Cardoso en 1995.
Barack Obama visitó Brasil en marzo de 2011, pocos meses después de que Dilma Rousseff fuera elegida presidenta, y que correspondió la visita un año después.
Los dos países mantienen una política de relaciones amistosas, pero diferente a la del gobierno de Luiz Inácio Lula da Silva (2003-2010), que nunca fue invitado a una visita de Estado a Washington. El gobierno de Rousseff está considerado menos ideológico y más pragmático por el gobierno estadounidense.