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| ESPECIAL: Foro en brasil plantea ampliar programas de nutrición escolar |
Por Edgardo Loguercio
BRASILIA, 24 may (Xinhua) -- Los programas de nutrición escolar representan la mayor cobertura social en el mundo, sin embargo es necesario ampliar su alcance en los países de menores ingresos, apuntó este viernes el Foro Global para la Nutrición Infantil en su sesión final en el balneario de Costa de Sauípe, en el estado brasileño de Bahía.
Cerca de 240 delegados provenientes de 37 países se reunieron esta semana para compartir sus experiencias sobre los programas nacionales de alimentación escolar, con la finalidad de trazar recomendaciones para mejorar su efectividad.
El foro es organizado por la Fundación Global para la Nutrición Escolar desde 1997 y su decimoquinta edición tuvo como coanfitrión al Centro de Excelencia Contra del Hambre del Programa Mundial de Alimentos de la ONU (PMA), con sede en Brasilia.
Este viernes los debates concluyeron con el lanzamiento del informe "El Estado de la Nutrición Escolar a Nivel Mundial 2013", que recoge los resultados de esas experiencias en todo el mundo.
Desde la crisis financiera de 2008, el interés por los programas de nutrición escolar aumentó inclusive en los países de altos y medios ingresos, al destacarse la necesidad de mejorar la base de conocimientos sobre su implantación.
En entrevista con Xinhua la socióloga ecuatoriana Carmen Brubano, coordinadora del informe producido a partir de un acuerdo entre el PMA y el Banco Mundial, explicó que por primera vez fue posible, con los datos recogidos, diseñar un mapa del estado de situación de la nutrición escolar.
"Es el primer documento que contiene información detallada sobre los programa de alimentación escolar a nivel global. De las conclusiones del informe, nos ha sorprendido el número de niños que reciben alimentación a nivel mundial.
Los programas de alimentación escolar son la mayor red de protección social en el mundo", enfatizó.
El informe arrojó que 368 millones de niños, uno de cada cinco, reciben una comida todos los días en sus respectivas escuelas de 169 países desarrollados y en desarrollo.
En América Latina y el Caribe los programas de nutrición escolar alcanzan a 85 millones de niños.
En América del Norte la cobertura es de 45 millones; en Europa y Asia Central es de 27 millones; en Oriente Medio y el norte de Africa, 13 millones; en Africa Subsahariana, 30 millones; en el sur de Asia, 121 millones; y en el este de Asia y el Pacífico, 47 millones.
La inversión global en ese tipo de programas es de unos 75.000 millones de dólares, en su mayoría provenientes de los presupuestos gubernamentales.
"Si bien los programas están extendidos en el mundo, la cobertura en los países de más bajos ingresos es de dos niños de cada 10, por lo que aún es baja. En los países de medianos ingresos es de cinco cada 10 y en los de altos ingresos casi todos los niños tienen acceso a algún tipo alimentación escolar", explicó.
Según Brubano, el PMA trabaja junto a gobiernos y donantes para que la cobertura suba en los países de menores ingresos, donde la necesidad es mayor.
"Los programas deben ser vistos como una inversión, por lo que representan para la vida de los niños, pero también por su importancia para las economías locales y la agricultura familiar. Son programas que redistribuyen los ingresos (...) por cada dólar que se invierte en nutrición escolar hay un retorno de alrededor de tres dólares", indicó.
El acceso a la alimentación ofrece además un incentivo a las familias de bajos recursos para mantener a los niños en las escuelas, en lugar de emplearlos en tareas agrícolas, fábricas o en el trabajo hogareño.
En los últimos cinco años al menos 38 países aumentaron sus programas de nutrición escolar en respuesta a diversas crisis, ya sean vinculadas al precio de los alimentos, a conflictos, desastres naturales o la volatilidad financiera.
El PMA ha operado programas de nutrición escolar en países en desarrollo durante casi medio siglo y en 2012 ofreció meriendas en las escuelas a 24,7 millones de niños en 63 paíeses.
Brubano, quien en la última década trabajó en programas de alimentos en países como Tanzania, Malawi, Etiopía y Haití, dijo que durante los debates del Foro en Bahía se acordó revisar los costos de los programas para mejorar la eficiencia, sobre todo en los países pobres y trabajar más en la relación entre los programas y la agricultura local.
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