La desaceleración que se anticipa para los países emergentes y la que ya experimentan algunos países de América Latina y el Caribe, ponen en duda el futuro crecimiento económico de la región para este año y el próximo, sin descartarse una futura crisis.
Esta apreciación se desprende de los recientes informes del Banco Mundial (BM) y el Fondo Monetario Internacional (FMI), donde se exponen los desafíos y oportunidades que enfrentan la economía mundial, los países emergentes en general, y, en particular, la región latinoamericana.
El pasado 9 de octubre el BM recortó en su informe su pronóstico de crecimiento para la región de 3,5 a 2,5 por ciento, debido al menor ritmo de crecimiento que muestran las dos grandes economías de América Latina, Brasil y México, de las cuales el organismo prevé una expansión de sólo 2,4 y 1,5 por ciento, respectivamente.
Según la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), en 2012 el crecimiento de las exportaciones de la región llegó en 2012 a 2,5 por ciento, mientras que hasta ahora (2013) es de 1,5 por ciento, lo cual contrasta con los incrementos del 20 o 22 por ciento que alcanzaron hace tres o cuatro años.
El BM señala sin embargo que las condiciones macrofinancieras de un grupo importante de países latinoamericanos muestran que están mejor preparados para ajustarse a las probables turbulencias internacionales.
Se refiere a los que tienen en la actualidad sistemas de metas de inflación creíbles, regímenes cambiarios más flexibles, una sólida situación fiscal y de reservas internacionales, una mejor regulación y supervisión financiera, además de reducidas varicaciones de sus monedas.
Por sus condiciones económicas y el manejo de sus finanzas, esas naciones pueden beneficiarse del ajuste cambiario y no deben correr demasiado riesgo por sus efectos en la inflación y en el sistema financiero, al poder aplicar una política monetaria contracíclica que amortigüe los efectos en la demanda interna.
Asimismo, la baja de las tasas de interés facilita la depreciación cambiaria, lo cual le posibilida obtener una depreciación real que atenúe los efectos de la actividad económica y le contribuye a reducir el déficit en cuenta corriente.
Sin embargo, la caída de las economías emergentes tendrá necesariamente efectos negativos en el crecimiento de América Latina y el Caribe, que deberá realizar reformas estructurales encaminadas a incrementar la productividad.
Hacia el futuro, los precios de las materias primas ya no van a ser los altos valores de los años 2010 y 2011, pero seguirán estando por encima de la tendencia histórica, según la CEPAL.
En el caso del cobre, principal producto de exportación de Chile, se estima que su precioen 2014, comparado con el del periodo 2011-2012, tendrá una caída importante.
A ello habría que añadir las eventuales consecuencias del deterioro de las condiciones financieras internacionales y la caída de la inversión en su sector minero.
Para el economista Vittorio Corbo, "la buena noticia es que Chile es uno de los países que está mejor preparado en cuanto a sus políticas e instituciones macro financieras para absorber este tipo de shock", al sugerir que debe hacer esfuerzos por aumentar la productividad para mantener altas tasas de crecimiento.
En su informe "Perspectivas de la Economía Mundial", el FMI apuntó que "la desaceleración del crecimiento de las economías emergentes ha sido más pronunciada en aquellas que mostraban importantes desequilibrios (inflación alta y altos déficits en cuenta corriente financiados con baja participación de inversión extranjera directa)".
Entre esas economías emergentes mencionó a Brasil, India, Indonesia, Turquía y Sudáfrica.
Sobre América Latina, el FMI proyecta una baja en sus proyecciones de crecimiento para 2013 y 2014, por la debilidad del crecimiento del primer semestre y los efectos esperados de los menores precios proyectados de materias primas, a lo que se suma el endurecimiento de las condiciones financieras globales.
En el informe "Perspectivas de la Economía Mundial", presentado el pasado 8 de octubre, el FMI rebajó de 3,4 a 2,7 por ciento el crecimiento de América Latina para este año, mientras que para 2014 prevé que se reduzca de 3,9 a 3,1 por ciento, frente a por ciento la proyección hecha en abril de este año.