Los líderes del Grupo de los Ocho (G8) se reunieron hoy martes en Lough Erne, Irlanda del Norte, para la segunda y última jornada de la actual cumbre.
Los puntos principales de la agenda son los impuestos, la transparencia y la lucha contra el terrorismo.
En la tarde del lunes, se discutió la cuestión de Siria en una reunión entre el presidente ruso, Vladimir Putin, y su homólogo estadounidense, Barack Obama, así como en una cena de trabajo más tarde.
Putin y Obama reconocieron que tienen puntos de vista muy distintos sobre Siria, pero acordaron promover la celebración de una cumbre en Ginebra, Suiza, sobre la cuestión.
"Nuestras posturas no son del todo iguales, pero nos une la intención común de poner fin a la violencia, de detener el aumento de las víctimas en Siria y de resolver los problemas por medios pacíficos, incluidas las negociaciones de Ginebra", dijo Putin en una rueda de prensa conjunta con Obama.
"Hemos acordado promover las negociaciones del proceso de paz y animar a ambas partes a que se sienten a la mesa de negociación, para lo que organizaremos las conversaciones en Ginebra", dijo el presidente ruso.
Estados Unidos anunció que comenzará a suministrar armas a las fuerzas de la oposición siria porque posee pruebas del uso de armas químicas por parte del gobierno contra los rebeldes. Rusia, no obstante, ha desestimado las acusaciones bajo el argumento de que las pruebas no son concluyentes.
El primer ministro británico, David Cameron, describió las discusiones de la tarde del lunes como "alentadoras".
Cameron espera que se produzca un acuerdo sobre las maneras en que el gobierno pueda obtener más información sobre impuestos de paraísos fiscales como las Bermudas, las Islas Caimán o la Isla de Man.
Los líderes del G8 también tratarán la lucha contra el terrorismo en su sesión de la mañana.
El primer día de la cumbre fue testigo del lanzamiento de negociaciones formales sobre un Tratado de Libre Comercio (TLC) entre la Unión Europea y Estados Unidos.
La cumbre está teniendo lugar en medio de un despliegue intensivo de fuerzas de seguridad en el complejo de Lough Erne y sus alrededores, con más de 8.000 policías en servicio alrededor del recinto.