El ministro brasileño de Deportes, Aldo Rebelo, dijo hoy que el gobierno no permitirá manifestaciones contra la realización de los partidos de la Copa de las Confederaciones que empezó el sábado anterior y que se desarrollará en el país hasta el 30 de junio como evento previo al Mundial 2014.
"No vamos a permitir que ninguna de esas protestas perjudique ninguno de los eventos que nos comprometimos a realizar", dijo Rebelo en conferencia sobre economía y fútbol en la que participó junto al presidente de la Federación Internacional de Fútbol Asociado (FIFA), el suizo Jospeh Blatter.
El ministro de Deportes defendió la actuación policial ante los manifestatntes el sábado anterior en Brasilia, poco antes del partido inaugural del torneo Brasil-Japón, que terminó con varios detenidos y muchas críticas de la opinión pública por la represión policial.
Los incidentes también se repitieron el domingo en Río de Janeiro en los alrededores del estadio de Maracaná, donde jugaron las selecciones de Italia y México.
El ministro afirmó que "las manifestaciones son toleradas dentro de un límite" y que "quien crea que puede impedir la realización de alguno de los eventos (de la Copa) enfrentará la determinación del gobierno para impedirlo".
Sobre la imagen negativa que las manifestaciones puedan dar de Brasil al mundo, Rebelo abogó por garantizar el orden.
"Espero que el mundo vea a Brasil como un país democrático, pero también capaz de garantizar el orden", declaró.
El ministro de Deportes de Brasil defendió la inversión pública para construir los estadios, algo de lo que se queja parte de la población, ante el elevado costo que ha supuesto.
"Por cada real que invirtió el gobierno, la empresa privada invirtió 3,40 reales", señaló el ministro, quien confió en el legado que dejarán al país la Copa Confederaciones y el Mundial del año próximo, especialmente en temas de infraestructura.
Por su parte, Blatter esquivó las preguntas y se limitó a derponder que "muchas veces tiene que convivir con protestas".