SANTIAGO, 22 oct (Xinhua) -- Franco Parisi se ha convertido en la sorpresa de la actual campaña electoral chilena, debido a que su candidatura independiente se está acercando a la que ocupa el segundo puesto según las encuestas: la oficialista Evelyn Matthei.
Este economista, profesor universitario y comentarista de televisión, ha ido sumando lentamente apoyos hasta obtener cerca de un 15 por ciento de intención de voto, cada vez más cerca de Matthei, de derecha, que cuenta con casi el 20 por ciento de apoyo ciudadano.
Su rápida alza en apenas dos meses, hace pensar en la posibilidad de que sea Parisi quien ocupe el segundo puesto de las elecciones del 17 de noviembre, y acompañe a la representante de la centro-izquierda, Michelle Bachelet, al muy probable balotaje de diciembre.
Esto ha generado una abierta disputa entre el independiente y la representante del actual gobierno de derecha chileno, que ha llegado a extremos en los últimos días.
Mientras Matthei lo acusa de ser inescrupuloso en sus negocios y adeudar sueldos a los trabajadores de unos colegios privados donde era socio, Parisi contratacó anunciando querellas por injurias.
En Chile ya se habla de una "guerra abierta por el segundo puesto. Quiero encabezar un gobierno que salga de la lógica de la actual política", comenta el candidato. "Quiero un gobierno que no sea ni de derecha, centro o izquierda", agrega.
Aunque ha sido catalogado de centro-derecha, por sus posiciones más cerca del liberalismo económico, sus posturas en cuanto a valores lo alejan directamente de la conservadora derecha chilena.
"Creo en el matrimonio igualitario y la unión homosexual", comenta. "También creo en el aborto terapéutico", dice al señalar su posición ante dos temas a los que la derecha se opone abiertamente.
Incluso ya grabó en video un mensaje a los chilenos en el exterior, donde apoya su demanda por el derecho a voto en los comicios presidenciales, algo que Matthei y el sector más ultraconservador también rechazan.
Más aún, en otros puntos parece acercarse a algunas de las posturas que han planteado las candidaturas de izquierda, incluso acercándose a Michelle Bachelet, como lo es la nueva Constitución.
"Queremos nueva Constitución a través de una Asamblea Constituyente", asegura el economista, señalando que su modelo es el ecuatoriano.
"Primero queremos crear un borrador de la Constitución entre el Poder Ejecutivo y el Congreso, para luego ser presentado a la Asamblea Constituyente, y luego de revisarlo, someterlo a un plebiscito", señala, alabando el sistema que, dice, se usó en Ecuador.
En otro punto conflictivo, señala que es necesario subir la actual carga tributaria hasta un 26 por ciento para fomentar el gasto público y la mejor repartición de los recursos a las regiones.
"También queremos recuperar la educación pública", dice, y se expresa favorable acerca de la gratuidad y el fin al lucro, además de reformar el sistema de enseñanza escolar y modernizar las universidades.
Esto lo acerca a las demandas del movimiento estudiantil chileno, que en gran parte es el origen de buena parte de sus planteamientos, aunque él marca distancias: "ellos tienen sus propias demandas y su propia movilización".
Parisi, separado, tres hijos, uno con su actual pareja, es ingeniero comercial de la Universidad de Chile, con un doctorado en Economía en la Universidad de Georgia, Estados Unidos.
Su carrera política se inicio debido al nivel de reconocimiento que tuvo por un programa de televisión que protagonizaba con su hermano Antonino, en donde efectuaban enseñanzas de economía hacia la gente y prestaban consejos financieros.
Su discurso en aquellos programas fue más bien rupturista, pues si bien alababa muchos aspectos del modelo chileno, era muy crítico con las injusticias sociales y también con las políticas públicas del gobierno de Sebastián Piñera.
En su opinión, los éxitos macroeconómicos que ha tenido Chile no coinciden con los actuales niveles de desigualdad ni de falta de bienes o servicios públicos de calidad, por lo que es partidario de efectuar reformas que impliquen mejoras en la vida de la gente dentro de la lógica del mercado.
"Lo que ha mejorado en los últimos años es la macroeconomía, lo que nos da buenos indicadores, pero con eso no cambias la vida de la gente", sostiene.