La policía turca detuvo a 105 manifestantes, incluidos un ciudadano ruso y un iraní, el domingo durante una nueva jornada de protestas en Ankara, informó este lunes la semioficial agencia de noticias Anatolia.
Los detenidos fueron llevados a la oficina antiterrorista del Departamento de Policía de Ankara para ser interrogados.
La policía disparó gas lacrimógeno y cañones de agua para desalojar a los manifestantes en las avenidas capitalinas Tunal Hilmi y Tunus.
Por su parte, los manifestantes buscaron refugio en las tiendas de la zona.
El domingo, el primer ministro Recep Tayyip Erdogan advirtió que castigaría severamente a los responsables de instigar los disturbios en el país.
"Quienes han causado el terror durante 18 días pagarán el precio dentro de la frontera de la ley", dijo Erdogan ante cientos de miles de personas en la plaza Kazlicesme de Estambul, y agregó que "rastrearemos las redes sociales para encontrar a quienes han provocado incidentes".
"Ahora, el parque Gezi ha quedado despejado y se le ha entregado nuevamente al pueblo. La municipalidad lo ha limpiado y renovado con flores nuevas", destacó el primer ministro.
Unos mil policías antidisturbios fueron enviados a Estambul desde las provincias del sureste y el este para apoyar a su colegas.
Las protestas comenzaron de manera local contra un plan para reurbanizar el parque Gezi, pero poco a poco se transformaron en manifestaciones antigubernamentales nacionales.
Los enfrentamientos entre la policía y los manifestantes en todo el país han dejado al menos cinco muertos, incluido un policía, y alrededor de 5.000 heridos.