El Gobierno brasileño desmintió hoy públicamente los rumores sobre el fin de uno de sus programas sociales más arraigados, la Bolsa de Familia, los cuales habían provocado que miles de personas hicieran colas en las agencias bancarias de 12 estados del país para poder retirar el dinero.
Miles de personas hicieron cola en las agencias de la Caixa Económica Federal, el banco estatal en el que se cobra el programa asistencial, lo que colapsó la mayoría de ellas.
El ministro de Justicia, José Eduardo Cardozo, pidió a la Policía Federal que abriera una investigación para descubrir dónde se originaron los falsos rumores, principalmente en los estados del noreste del país.
Las colas se produjeron en los estados de Alagoas, Paraíba, Ceará, Maranhao, Amazonas, Bahía, Pernambuco, Pará, Piauí, Sergipe, Río Grande del Norte y en algunos puntos del estado de Río de Janeiro, según el Gobierno.
La ministra de Desarrollo Social y Lucha contra el Hambre, Tereza Campello, hizo una rueda de prensa este domingo para desmentir los rumores y garantizar que el Gobierno mantendrá los subsidios que paga a 13,8 millones de familias pobres, que suponen la base del programa de erradicación de la miseria que impulsa la presidenta Dilma Rousseff.
"No entiendo quién ganaría divulgando eso", dijo la ministra Campello, quien no quiso pronunciarse sobre si los rumores pudieran tener un motivo político.
En un comunicado, su Ministerio negó los rumores y aseguró que "no hay posibilidad alguna" de que cambien las reglas del programa asistencial, en vigor desde hace diez años.
Por su parte, la Caixa Económica Federal hizo público otro comunicado en el que informó de que el calendario de pagos continúa "normalmente" y "no procede" la información de que el sábado sería el último día para recibir el subsidio.
El Gobierno prevé desembolsar este año cerca de 23.180 millones de reales (unos 11.420 millones de dólares estadounidenses) en este programa, que entrega ayudas de como mínimo 70 reales (35 dólares) mensuales por persona a familias en situación de extrema pobreza.