Miles de personas salieron hoy a las calles de Sao Paulo y Río de Janeiro, las dos mayores ciudades brasileñas, para protestar contra el aumento de las tarifas de autobús público.
En Sao Paulo, al menos 149 personas fueron detenidas en el cuarto día de manifestaciones, según los datos divulgados por la Secretaría de Seguridad Pública del estado, tras protagonizar incidentes con la policía y vandalismo urbano.
La Tropa de Choque de la Policía Militarizada y refuerzos de caballería contuvieron con gases lacrimógenos a los manifestantes, muchos de los cuales estaban encapuchados y que apedrearon autobuses y predios públicos.
El valor del pasaje en Sao Paulo pasó de 3,00 reales (unos 1,5 dólares) a 3,20 reales (unos 1,6 dólares), lo que llevó desde el lunes a numerosos ciudadanos a protestar en las calles de la mayor ciudad sudamericana.
La de hoy fue la más multitudinaria manifestación de la semana en Sao Paulo y se unió una huelga en tres de las líneas del servicio de trenes, que empeoraron el siempre caótico tránsito de la ciudad, que alcanzó 172 kilómetros de embotellamientos, uno de los mayores.
En Río de Janeiro, miles de personas se concentraron en el centro de la ciudad y marcharon pacíficamente en protesta también contra el alza de las tarifas, con al menos 18 detenidos según la prensa, algo que la policía no quiso confirmar.
Las dos mayores ciudades brasileñas viven momentos de tensión urbana a dos días de la inauguración de la Copa Confederaciones de fútbol, que se jugará en Río de Janeiro, Salvador, Recife, Belo Horizonte, Fortaleza y Brasil, donde el anfitrión Brasil y Japón inaugurarán el sábado el torneo.