El Instituto Nacional de Recursos Hidráulicos (INRH) de Cuba encendió el bombillo de alarma al revelar que 22 por ciento del agua potable distribuida a las viviendas se pierde por el deterioro de las redes domésticas de suministro.
La presidenta del INRH, Inés María Chapman, alertó sobre el derroche del líquido durante una reunión del Consejo de Ministros celebrada el pasado 31 de mayo, pero cuyos detalles sólo fueron conocidos el lunes pasado a través de los medios isleños.
Dentro de las casas -señaló- se derrocha 22 por ciento del agua suministrada, a causa del deterioro de las redes internas, el mal estado de los herrajes hidrosanitarios y los derrames que se generan desde los tanques elevados y las cisternas.
Ante la preocupante situación, el gobierno activó un programa de aseguramiento y comercialización de dichos herrajes "a precios que no tengan un carácter recaudatorio y al mismo tiempo estimulen a que las personas eliminen los salideros en sus viviendas".
La venta de los materiales se realizará en todo el país, con prioridad en las ciudades donde se rehabilitan las redes hidráulicas -La Habana entre ellas-, y la ejecución de los trabajos en las viviendas se hará por sus propietarios y los trabajadores privados.
Chapman precisó que a las personas que, luego de un análisis de sus posibilidades económicas, se declaren insolventes, se les aplicará un subsidio.
Para garantizar los suministros, las autoridades realizarán una inversión en la Empresa Industrial de Herrajes, única de su tipo en el país, la cual tiene un "elevado deterioro y obsolescencia" tras casi 30 años de explotación.
Debido a ello, la entidad sólo alcanza a satisfacer el 40 por ciento de la demanda nacional, y el resto se completa mediante la importación.
Otro asunto por resolver, mencionado por la presidenta del INRH, es el acaparamiento y venta ilegal de herrajes hidrosanitarios y tubos, lo que "ha ocasionado perjuicios a la economía y descontento en la población por sus elevados precios".
Según Chapman, el Instituto, en conjunto con la Policía Nacional Revolucionaria, la Fiscalía General de la República, los gobiernos locales y las organizaciones de masas, trabajan para erradicar esas "ilegalidades".
"Tenemos que ser intransigentes en el enfrentamiento a estas violaciones que casi siempre se cometen a la vista de todos. Para que haya orden y disciplina tiene que haber exigencia", enfatizó en la reunión el presidente cubano Raúl Castro.
A mediados de 2012, en una sesión del parlamento, el INRH indicó que el país pierde cada año más de 1.000 millones de metros cúbicos de agua -casi el 60 por ciento del agua que se bombea- por roturas en conductoras, redes y acometidas al interior de los inmuebles.
Las fugas equivalen a la capacidad de embalse de la presa Zaza, la mayor de la nación caribeña.
Cuba posee más de 22.500 kilómetros de redes, la cobertura de agua abarca el 94,5 por ciento de la población de 11,2 millones de habitantes y los sistemas de acueducto abastecen a más de 8,2 millones de personas.
Las lluvias son la mayor fuente de agua dulce en la isla, que carece de grandes ríos, dispone de 240 presas y 805 micropresas y donde las sequías severas son frecuentes.
En febrero último, las autoridades anunciaron una próxima elevación de las tarifas en el cobro subsidiado del agua, para que las personas paguen según su consumo, en aras de crear una conciencia de uso eficiente y racional de ese recurso.
Según el INRH, el actual sistema de tarifas del sector no estimula el ahorro, no hay una reducción total del consumo y la medición del gasto tanto a nivel macroeconómico como en la economía doméstica resulta ineficiente.
Durante una reunión del Consejo de Ministros a finales de diciembre de 2012, el presidente Raúl Castro dijo que la carencia de agua es un "grave problema" para la isla.
El mandatario advirtió incluso que la situación es "proclive a empeorar con el paso de los años y en la medida en que se acentúe el cambio climático".