BUENOS AIRES, 6 may (Xinhua) -- La alta inflación y la incertidumbre económica provocaron en Argentina el derrumbe del crédito, con préstamos bancarios por 10 millones de pesos (1 millón 230.000 dólares), 0,1 por ciento del promedio mensual de 2013, tendencia que sólo se podrá evitar con un plan integral que apunte a reducir la suba generalizada de precios, según expertos.
Esta agencia entrevistó a los analistas Sergio Fares y Matías Carugati, quienes trazaron un panorama sobre el mercado crediticio en el país, las causas de su parálisis y las posibles soluciones para su resurgimiento.
"En un contexto con caída de inversión, alta inflación, presiones cambiarias en el mercado informal, dólar oficial atrasado, que generaba problemas de competitividad, déficit fiscal creciente financiado con emisión monetaria, se generaba un combo explosivo que obligó al gobierno a tomar medidas", recordó Fares.
En esa línea, subrayó que "todos se daban cuenta de que en la economía había un exceso de pesos que generaba un aumento en el precio de los bienes y del dólar, exceso alimentado por la creciente financiación de déficit fiscal por parte del Banco Central (BCRA) vía emisión monetaria".
Para eliminar el exceso de pesos y la pérdida de competitividad, "el gobierno utilizó el camino más corto, absorbió pesos del mercado vía aumento de la tasa que paga al mercado para colocaciones a corto plazo (cerca de 30 por ciento anual), y generó una fuerte devaluación del peso", añadió Fares.
"Esto provocó inmediatamente una aceleración de la inflación (efecto devaluación) y un aumento muy fuerte en la tasa de interés en todo el sistema financiero, situación que inmediatamente impactó sobre el consumo y la producción", analizó el experto.
Carugati, economista en jefe de la consultora Management & Fit (M&F),indicó a su turno que "la demanda de crédito interno cayó, principalmente,por la suba en las tasas de interés".
"El BCRA aumentó las tasas de interés que paga por títulos a corto plazo y ello terminó repercutiendo en el resto del sistema financiero. De todas formas, negativas expectativas económicas y la incertidumbre respecto al futuro implican que los potenciales tomadores de crédito se muevan con cautela. Se busca evitar el sobre-apalancamiento en un contexto económico que puede tornarse complicado", observó.
En ese contexto, el gobierno de la presidenta Cristina Fernández advirtió a los bancos que podría aplicar mecanismos de regulación de las tasas de interés, por considerarlas "elevadas o en algunos casos usurarias".
Lo hizo por medio del jefe de Gabinete de ministros, Jorge Capitanich,quien instó a las entidades a la "autorregulación" ya que, en caso contrario, se apelará a la "actividad regulatoria del Estado".
A ello sumó el BCRA otra medida al anunciar la noche del lunes la baja de un punto porcentual en la tasa de interés que pagará a bancos con títulos internos, llamados Lebac. A 91 y 121 días de plazo tendrán una tasa de 26,80 y 26,99 por ciento respectivamente.
En opinión de Fares, "alta inflación, aumento de la tasa de interés e imprevisibilidad económica generaron la mayor caída del crédito en nuestro país, situación que genera la creación de un círculo vicioso que agrava la situación, ya que la gente no se endeuda y no consume, por lo que las empresas no venden y por ende reducen la producción. Así, el impacto sobre el empleo no tarda en llegar, agravando la situación".
"En el segundo cuatrimestre que recién comienza los aumentos salariales otorgados morigerarán el efecto de las medidas sobre el consumo pero si la inflación no cede este efecto se diluirá rápidamente. Para normalizar el mercado crediticio se debe normalizar la economía del país y para ello es necesario reducir la inflación", instó.
Ello, porque "es imposible recrear el crédito con tasas de inflación de entre 30 y 40 por ciento anual, y es imposible terminar con este flagelo si no se ataca el origen del mismo (déficit fiscal y caída de la inversión).
La única forma de reestablecer el sistema crediticio es la aplicación de un plan integral antiinflacionario que contemple una reducción del déficit fiscal y genere las condiciones necesarias para recuperar la confianza e impulsar la inversión", planteó.
En el primer trimestre del año la inflación acumulada fue de 10 por ciento, alta, si se tiene en cuenta que el Presupuesto para el año en curso preveía una suba de precios, para todo el ejercicio, de 10,8 por ciento.
"Desde el gobierno -completó Fares- seguirán apostando a la política monetaria para controlar la situación, tratando de flexibilizarla en el segundo semestre para bajar la tasa e incentivar el consumo, pero cuidado, porque este remedio puede transformarse en un caldo de cultivo para la inflación, agravando la situación".
Carugati añadió, en cuanto a las políticas para revertir la tendencia "la más importante, que es combatir en serio a la inflación, ya que es la razón de fondo que mantiene altas las tasas de interés".
"Hacer que el BCRA baje con fuerza las tasas de referencia sin resolver los problemas macro, va a devolver a la economía al punto de partida de 2014. Es decir, un escenario de aceleración inflacionaria, pérdida de reservas y presiones devaluatorias", alertó el referente económico de M&F.
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