El anuncio de Ecuador de analizar el asilo político solicitado por el ex contratista de la Agencia Central de Inteligencia (CIA) norteamericana, Edward Snowden, ha comenzado a crispar las ya difíciles relaciones con Estados Unidos.
Analistas sostienen que el solo anuncio de "considerar" el pedido de asilo ha tensado las relaciones bilaterales, y advierten de consecuencias que podrían terminar por agravar los vínculos.
"Ecuador se ha embarcado en este tema por la trascendencia que tiene el protagonista: Estados Unidos, pero se debe ver la conveniencia de estar en un tema que es ajeno a los ecuatorianos, (y) que puede tener consecuencias", afirmó el ex vicecanciller ecuatoriano Marcelo Fernández.
Agregó que las consecuencias "podrían estar dadas por un deterioro muy grave en nuestras relaciones con nuestro principal socio comercial", con un intercambio anual de 11.000 millones de dólares.
De hecho, el primer efecto colateral derivó en la decisión de Ecuador de renunciar a un programa de preferencias arancelarias que otorga Estados Unidos en compensación por la lucha antidrogas.
Quito justificó la medida "frente a la amenaza, insolencia y prepotencia de ciertos sectores políticos, grupos mediáticos y poderes fácticos estadounidenses, que han presionado para quitar las preferencias arancelarias", dijo la víspera el portavoz del gobierno Fernando Alvarado.
El gobierno sostiene que las preferencias, que expiran el 31 de julio próximo, se convirtieron en un "instrumento de chantaje" y "un vulgar instrumento de política exterior" de Estados Unidos.
"Nuestra dignidad no tiene precio", dijo la víspera el mandatario ecuatoriano Rafael Correa al referir la renuncia a las preferencias, una postura que según expertos, apunta a demostrar que la defensa de la soberanía y dignidad de Ecuador que pregona el gobernante no es una retórica.
En este nuevo episodio en las relaciones con Estados Unidos, Correa, crítico de la política exterior de Estados Unidos, ha advertido que no permitirá que a su país se le intente "chantajear" por el caso Snowden, acusado de espionaje por Washington por haber revelado los programas secretos de vigilancia y espionaje informática del gobierno de Barack Obama.
"Nuestros principios no están en venta. Ecuador no se someterá a presiones de nadie", aseveró Correa, aunque precisó que "no tiene la más mínima intención de romper las relaciones diplomáticas o económicas con Estados Unidos".
Correa reaccionó así ante una declaración del portavoz del gobierno de Estados Unidos Patrick Vendrell, quien señaló el jueves que si Ecuador le otorga asilo a Snowde, eso "supondría graves dificultades" para la relación bilateral.
"Lo que no sería una buena cosa es que otorguen a Snowden asilo. Eso supondría graves dificultades para nuestras relaciones bilaterales. Con una visión más general, si toman ese paso, tendría repercusiones muy negativas", señaló Vendrell.
El mandatario Correa ha insistido en que "lo sustancial es el terrible caso de espionaje masivo tanto nacional cuanto internacional realizado por el Gobierno norteamericano" y denunciado por Snowden.
Por su parte, el canciller ecuatoriano Ricardo Patiño dijo que en este caso se habla tanto de traición, pero "habría que preguntarse quién traicionó a quién", en alusión a Estados Unidos.
"El denunciado persigue al denunciante. El hombre que intenta aportar luz y transparencia a hechos que afectan a todas las personas se ve perseguido por quienes deberían dar explicaciones acerca de las denuncias presentadas" fustigó.
Por ello, afirmó que Ecuador resolverá el asilo basado en los principios de su Constitución, que defiende la protección de la fuente y los derechos de asilo, así como la libertad de opinión y expresión de la Declaración Universal de los Derechos Humanos.
Julian Assange, quien divulgó miles de cables confidenciales de Estados Unidos, cumplió el pasado 19 de junio un año refugiado en la embajada ecuatoriana, que no ha podido abandonar ante la negativa de Reino Unido de entregarle un salvoconducto para viajar a Quito.
El ex "hacker" se refugió para evitar ser extraditado a Suecia, donde la justicia lo reclama para que responda a acusaciones de violación y abuso sexual, que él niega.
El caso del ex contratista de la CIA Snowden se sumó a otros hechos que se han desencadenado en la agrietada relación de Ecuador con Estados Unidos.
Entre ellas destacan, el asilo a Assange, las críticas de Estados Unidos a Ecuador por sus relaciones con el gobierno iraní de Mahmud Ahmadineyad, y los cuestionamientos de Ecuador a la cooperación que llega desde la Agencia para el Desarrollo de Estados Unidos (USAID), a la que el mandatario ecuatoriano ha amenazado con expulsar.
Otro hecho que afectó la relación ocurrió en abril de 2011, cuando Quito expulsó a la embajadora Heather Hodges por un cable diplomático filtrado por Wikileaks.
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