Historia de espionaje de Huawei no es más que pamplinas

Actualizado a las 16/05/2013 - 15:19

Desde que China lidera el mayor milagro económico en los tiempos modernos, no es necesario espiar a los EEUU o cualquier otro gobierno.

Palabras clave：Huawei,ZTE,espionaje

Por Mike Bastin (China Daily)

Pekín,16/05/2013(El Pueblo en Línea)-Mientras aumentan las acusaciones y las tensiones que involucran a Huawei y ZTE y la expansión de sus negocios a través de los Estados Unidos, es el momento de echar una mirada objetiva sobre la situación. Pero antes de hacerlo, es importante conocer el contexto en el que esta vorágine de insinuaciones y acusaciones ha alcanzado su punto de ebullición.

Huawei y ZTE, ambos son parte de la historia de éxito empresarial de China. Tan impresionantemente espectacular ha sido, su crecimiento –especialmente el de Huawei- que ahora puede presumir que la mayoría de sus ingresos por ventas proviene de clientes fuera de China e incluso de la región.

Por cierto, las dos empresas fueron creadas hace poco con ayuda del gobierno chino, como ha sido el caso de muchas de las empresas más conocidas de China, como el gigante Lenovo.

Ninguna discusión puede tener lugar sin antes resaltar partes clave de la Constitución de los EEUU y el entorno empresarial general. Las palabras “libertad” y “oportunidad” a menudo se asocian con los EEUU y su cultura, y la cuarta enmienda aparentemente “garantiza” una especie de “libertad”.

Los políticos estadounidenses parecen estar sugiriendo que Huawei y ZTE están utilizando su expansión empresarial para “espiar” a empresas estadounidenses e incluso al gobierno. Sin embargo, siguen siendo nada más que acusaciones, pues no se ha encontrado ni un solo ápice de evidencia tangible e indiscutible que apoye las “alegaciones” de los políticos estadounidenses.

Las alegaciones de los políticos van un poco más lejos, acusando específicamente a Huawei y ZTE de utilizar su equipo de telecomunicaciones para espiar a sus usuarios corporativos y personales. Pero, ¿pueden demostrarlo desmontando los aparatos parte por parte y aislando la supuesta “parte espía”? Que no hayan sido capaces de hacerlo hace que el furor generado artificialmente no sea nada más que el trabajo de fábricas de rumores para ayudar al gobierno estadounidense a tomar medidas comerciales proteccionistas frente a los competidores extranjeros.

Estas acusaciones sin fundamento exponen la hipocresía del gobierno de EEUU y sus políticos. También son un intento de menospreciar el enorme avance que Huawei y ZTE han hecho en términos de competitividad en un período de tiempo relativamente corto. Lejos de estar involucradas en prácticas no éticas o ilegales, estas empresas han superado de forma constante incluso a sus competidores más experimentados y con mejores recursos en todo el mundo.

Pero ¿por qué los EEUU han acusado a las dos empresas chinas de espionaje? ¿Qué podrían ganar con esto? Me temo que, todas las apuestas terminan aquí. Compañías como Huawei y ZTE, que se han vuelto impresionantemente competitivas en todo el mundo, no podrían perseguir prácticas libertinas, porque simplemente no encajan en su esquema de las cosas.

Vayamos más lejos, en los reinos de fantasía pura (donde muchos políticos estadounidenses parecen vivir felices para siempre). ¿Qué podría ganar el gobierno chino con el espionaje? Absolutamente nada es la única respuesta posible.

Desde que China lidera el mayor milagro económico en los tiempos modernos, no es necesario espiar a los EEUU o cualquier otro gobierno. Al contrario, es el gobierno chino el que debe proteger los logros alcanzados en las últimas tres décadas.

La historia de los países occidentales se trata de enfrentamientos y conflictos, pero la historia de China es una de estrategia de no confrontación y no de expansión, desde el primer emperador hasta los tiempos más recientes. Por lo tanto es contrario a la lógica china hacer frente o incluso desafiar a otros países y sus gobiernos.

Tan absurdas y fantásticas son las acusaciones de Estados Unidos que sugiero a Huawei y ZTE usar el sarcasmo al estilo de John McEnroe en Wimbledon en 1980: “¡No puedes estar hablando en serio!”.

El autor es profesor visitante en la Universidad de Negocios Internacionales y Economía de Pekín, e investigador en la Escuela de Estudios Chinos Contemporáneas de la Universidad de Nottingham.

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