El ministro argentino de Economía, Axel Kicillof, dijo que el índice de 3,7 por ciento anunciado hoy viernes por el gobierno no mide la inflación, sino una variación de precios correspondiente a enero pasado.
"Un precio sube y otro baja. Es una canasta con determinados bienes de diferentes marcas y distintos servicios, lo que representa el consumo típico de una familia argentina en todos lados", precisó el ministro.
Este viernes el jefe del Gabinete de Ministros, Jorge Capitanich, señaló a periodistas que el nuevo índice se elabora "con una metodología diferente" al ser cuestionado por el salto a 3,7 por ciento de la inflación en enero pasado, cuando en diciembre sumó 0,8 por ciento.
El gobierno de Argentina justificó así el nuevo índice de inflación, que reportó un alza de precios en enero de 3,7 por ciento, más de un tercio del 10,4 por ciento previsto para todo este año en el Presupuesto.
El índice se difundió un año después de que el Fondo Monetario Internacional emitió una moción de censura en contra de Argentina por la calidad de sus estadísticas y a siete años de que el gobierno dispusiera la intervención del Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec), lo cual generó cuestionamientos.
La cifra de 3,7 por ciento es la mayor admitida por el oficialismo desde que accedió al poder en mayo de 2003, con el entonces presidente Néstor Kirchner.
El miércoles pasado consultoras privadas difundieron un reporte, según el cual la inflación en Argentina durante enero alcanzó 4,61 por ciento, porcentaje que el gobierno consideró "capcioso" y "un mamarracho".
Para Kicillof, la estadística de consultoras privadas responde a "una metodología del capricho", al punto de "estimar o apreciar que la inflación era más alta que el índice que publicaba la consultora vecina, como para ver quién era más malo".