El presidente del Senado de Chile, Jorge Pizarro, pidió hoy el término de privilegios carcelarios para el ex general de Ejército Manuel Contreras, preso por violaciones a los derechos humanos durante la dictadura del general Augusto Pinochet (1973-1990).
"El penal Cordillera, que más bien llamaría recinto Cordillera, no se justifica en la actualidad, y creo que hay que cerrarlo y trasladar a los 10 detenidos a la cárcel de Punta Peuco, que sí es una cárcel de alta seguridad que fue construida hace muchos años, cuando todo el país fue testigo de que había que meter preso a Contreras", dijo Pizarro.
El presidente Sebastián Piñera evalúa el término de los privilegios carcelarios que tienen los uniformados y civiles que cumplen condenas por violaciones a los derechos humanos.
La conmemoración de los 40 años del Golpe Militar de 1973, el pasado 11 de septiembre, volvió a reabrir el debate en el país sobre las violaciones a los derechos humanos durante el régimen de Pinochet.
Al respecto, en entrevista, el propio presidente Piñera, criticó los privilegios que goza el medio centenar de militares y civiles condenados por delitos de lesa humanidad en los penales de Punta Peuco y Cordillera.
Piñera fustigó especialmente que en esta última cárcel, en la precordillera de la capital, unos 40 custodios vigilen a cerca de 10 condenados, y aseguró que encargó un estudio para evaluar un cambio.
"Me parece bien que el presidente pueda tomar esta medida, porque es una medida administrativa de Gendarmería.
"Administrar mejor los recursos de Gendarmería y hacer cumplir en igualdad de condiciones a Contreras y el resto de los oficiales que han sido sancionados por tribunales de justicia por violaciones a los derechos humanos y crímenes cometidos durante la dictadura", dijo Pizarro.
En el penal Cordillera cumple condena la cúpula de la Dirección de Inteligencia Nacional (Dina), la policía secreta de Pinochet, encabezada por su ex director, el general Manuel Contreras, quien suma condenas por más de 300 años de cárcel por crímenes de lesa humanidad.
El penal Cordillera ha sido descrito como cárcel de lujo por medios locales, donde los condenados conviven en cabañas equipadas, con amplia capacidad de movimiento, canchas de tenis y televisión por cable, entre otros privilegios que distan de las condiciones de hacinamiento de la población penal en general.