Brasil redujo la tasa de homicidios en el país en un 12,6 por ciento tras la introducción como ley del Estatuto del Desarme, en vigor desde finales de 2003, según informó hoy el Instituto de Pesquisa Económica Aplicada (IPEA).
En un informe, el Ipea presentó los números tras una década de la aplicación de la ley, que prohíbe llevar armas a los civiles a excepción de los casos en los que haya una necesidad comprobada y que castiga su posesión.
Los números fueron debatidos hoy en la Comisión de Seguridad Pública y Combate a la Delincuencia Organizada de la Cámara de diputados. Según explicó el director de Estudios y Políticas Estatales, Instituciones y Democracia del IPEA, Daniel Cerqueira, existe una "relación de causalidad" entre la reducción del número de armas con la caída de los homicidios.
"Cuando se tiene una mayor difusión de las armas de fuego aumenta la tasa de homicidios en un 1 o 2 por ciento", explicó.
Para Cerqueira, no existe una relación en la reducción del número de delitos contra la propiedad, con el aumento en el número de armas de fuego por los ciudadanos. "Es una leyenda esta historia de que el padre de familia, al estar armado, disuadirá el criminal que quiere cometer crímenes. Esto, desde el punto de vista empírico, no ocurre en Brasil", aseguró.
Por su parte, el presidente del Movimiento Viva Brasil, René Barbosa, dijo que la política de desarme es más "ideológica que técnica" y puso en duda el estudio de IPEA, asegurando que no era posible establecer una relación entre el número de armas de fuego y las tasas de homicidio. "Las armas no cometen delitos. Quien comete un crimen es el ser humano", señaló.