El presidente de Bolivia, Evo Morales, demandó hoy cambiar la mentalidad colonial que persiste en la Organización de Estados Americanos (OEA) para ajustarla a los tiempos actuales.
"Al interior de la OEA, lamentablemente, hay esa mentalidad colonialista que, seguramente, va ser difícil cambiarla (...) Lamento mucho que al interior de la OEA haya diferencias; siento que todavía algunos funcionarios están con esa mentalidad de impulsar, tal vez, el neocolonialismo para apoyar a los neoliberales", afirmó Morales.
El mandatario hizo estas declaraciones en una conferencia de prensa que se llevó a cabo en el Palacio Quemado, sede de operaciones del gobierno boliviano.
Morales aprovechó esa conferencia para hablar sobre el pronunciamiento de un funcionario de la OEA que generó un incidente al referirse a la reelección del mandatario de origen aimara.
El secretario de Asuntos Políticos de la OEA, Kevin Casa Zamora, dijo en un informe que el fallo del Tribunal Constitucional Plurinacional de Bolivia sobre la repostulación de Morales "se apartó de la negociación política".
Morales enfatizó que no son atribuciones de la OEA pronunciarse sobre la reelección presidencial, establecida en la Constitución Política del Estado de Bolivia.
"Lo que tiene que ver con el tema de la Constitución no es su responsabilidad, no son sus atribuciones de la OEA", dijo Morales, quien recordó lo expresado por el líder de la revolución cubana Fidel Castro respecto a que esta entidad internacional.
Castro calificaba a la OEA del "ministerio de colonias, desde donde piensan que pueden imponer políticas".
Además dijo que la OEA antes era la que reconocía dictaduras militares, la que apoyaba golpes de Estado, hasta gestaba golpes de Estado cuando países no compartían con los principios o programas o políticas del gobierno de Estados Unidos.
La semana anterior, el ex presidente Jorge Tuto Quiroga, de derecha, hizo público un informe que recibió del secretario de Asuntos Políticos de la OEA, pero un día después el secretario general de ese organismo, José Miguel Insulza, mandó una carta al gobierno boliviano en la que desautorizó su contenido.