El ministro de Relaciones Exteriores de Siria, Walid al Moallem, declaró hoy que su gobierno es "serio" acerca de su participación en la próxima conferencia de Ginebra sobre Siria con el fin de construir una "verdadera colaboración" pero no entregará el poder a otros grupos.
"Iremos a la conferencia (de Ginebra) con seriedad para lograr un alto a la violencia y al terrorismo, que consideramos como una demanda popular", dijo hoy al Moallem en una conferencia de prensa transmitida en vivo por la televisión estatal.
Sin embargo, el jefe de la diplomacia siria subrayó que su gobierno mantiene el concepto de colaboración pero rechaza la demanda de la oposición en el exilio de que la administración siria entregue el poder.
La planeada conferencia en Ginebra, prevista inicialmente para julio, podría contar con la asistencia de representantes del gobierno sirio y de grupos de la oposición, para abordar los esfuerzos recientes de Estados Unidos y de Rusia para reactivar las opciones políticas que resuelvan la crisis siria. No obstante, los expertos se preguntan si esa reunión podrá lograr los objetivos que se esperan a pesar de los numerosos problemas que enfrenta.
El principal grupo opositor en el exilio, la Coalición Nacional Siria, dijo que no participará en la conferencia a menos que el presidente Assad sea excluido de cualquier papel después de la conferencia. Indicaron que la salida de Assad es una condición para emprender un diálogo.
"Como un Estado, vamos a ir a Ginebra llevando las instrucciones del presidente (sirio) Bashar al Assad para que la conferencia sea un éxito", afirmó el ministro. "El presidente Assad no renunciará y quien sea que ponga esta condición, puede no ir nunca" a la conferencia.
"No vamos a ceder la autoridad a otra parte y cualquiera que piense eso, está delirando", expresó. Siria participará con el fin de lograr una verdadera colaboración y para discutir la formación de un gobierno de unidad nacional que represente al pueblo sirio.
Al Moallem dijo que Siria ha aceptado en principio participar en la conferencia porque "es una oportunidad que no debe perderse y también demostrará la habilidad de los interlocutores para detener la violencia".
El ministro condenó la decisión de las potencias occidentales de armar a la oposición, y calificó a la acción como "peligrosa" y "destinada a prolongar la crisis y el caos".
Los cancilleres de los miembros del grupo Amigos de Siria se reunieron la semana pasada en la capital de Qatar, Doha, para analizar los acontecimientos recientes en Siria y acordaron proporcionar más armas a los combatientes sirios.
En una declaración conjunta, los participantes en el encuentro acordaron "ofrecer urgentemente todo el material y equipo necesarios" a los rebeldes que combaten a las fuerzas del ejército sirio. El armamento equilibrará la balanza en el combate e impulsará al régimen a hacer más concesiones antes de la conferencia, dice el documento.
"Armar a los rebeldes obstaculizará la conferencia de Ginebra y matará a más de nuestra gente y nosotros insistiremos en Ginebra sobre el cese de la violencia y del terrorismo", afirmó el ministro. "Estamos dispuestos a discutir los mecanismos para frenar la violencia y el armamento y entrenamiento de los rebeldes armados", agregó.
"Quienquiera que crea que los rebeldes podrán alcanzar un equilibrio con el ejército sirio se engañan a sí mismos y tendrán que esperar muchos años", indicó.
El ministro subrayó que su gobierno no aceptará ninguna solución impuesta desde el exterior y que "tampoco aceptaremos jamás ideas que sean impuestas desde el exterior. El diálogo es entre los sirios".
Al Moallem desmintió la afirmación de que combatientes extranjeros están luchando junto con el ejército sirio y dijo que "no hay poderes extranjeros luchando con el gobierno, sino potencias extranjeras que están luchando junto con el Frente Al Nusra".
El Frente Al Nusra vinculado a Al Qaeda es apoyado por combatientes de 29 países, afirmó.