La presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, recibirá hoy lunes en el Palacio de Planalto a gobernadores, prefectos y representantes del Movimiento Pasaje Libre, que inició la ola de manifestaciones que se extiende por el país hace dos semanas, en la búsqueda de contener las protestas.
La decisión de recibir a los líderes de las manifestaciones había sido anunciada por Rousseff en el pronunciamiento a la nación que realizó en la noche del viernes.
La mandataria recibirá a los representantes del MPL al inicio de la tarde, y luego a gobernadores y prefectos de las capitales estatales para discutir un pacto para la mejora de los servicios públicos, una de las principales banderas del movimiento.
El viernes, Rousseff anticipó que junto a las autoridades estatales y municipales elaborará un Plan Nacional de Movilidad Urbana, privilegiando el transporte colectivo.
El Frente Nacional de Prefectos, presidido por el prefecto de Porto Alegre, José Fortunati, presentará una propuesta para la reducción de impuestos para el sector de transporte con el fin de permitir una baja de las tarifas.
Otras medidas anunciadas por la presidenta es destinar 100 por ciento de los recursos obtenidos de la explotación petrolera para la educación, y en el área de salud, traer miles de médicos extranjeros para ampliar la atención en el sistema público.
En los próximos días, el gobierno debe anunciar además un amplio programa de becas para residencias médicas, con el fin de cubrir un déficit de 4.000 vacantes anuales, puesto que de 15.000 jóvenes que completan sus estudios sólo 11.000 consiguen realizar sus residencias.
Nuevas manifestaciones continúan siendo convocadas en todo el país para esta semana, por lo que una de los objetivos de la presidenta con las autoridades regionales, blanco de las protestas, es encontrar soluciones para reducir la tensión política.
El jueves pasado, más de de un millón de personas salieron a las calles, y las movilizaciones pacíficas terminaron en muchos casos en escenas de violencia, con ataques a la sede del gobierno en numerosas ciudades, incluyendo la capital Brasilia.
El gobierno quiere además reforzar la seguridad en la organización de la Copa de las Confederaciones, que comenzó el sábado 15 y termina el próximo 30 de junio.
Las manifestaciones fueron convocadas por las redes sociales para pedir por el fin de la corrupción y mejoras en los servicios públicos, entre otras reivindicaciones.
El movimiento comenzó hace dos semanas en Sao Paulo para rechazar un aumento de la tarifa de transporte público, pero rápidamente se extendió a todo el país.