(SPANISH.CHINA.ORG.CN)- Las agresiones sexuales en las fuerzas armadas se han transformado en una epidemia en aumento en todas las ramas, pero las miles de víctimas optan por no denunciarlas, a pesar de que nuevos programas de asistencia y supervisión están disponibles, de acuerdo con documentos del Pentágono.
Unas nuevas cifras arrojaron un número de hasta 26.000 militares que pudieron ser objeto de ataques sexuales en 2012, según el estudio publicado a unos días de que el jefe de la prevención de abuso sexual de la Fuerza Aérea de los Estados Unidos fuera detenido y acusado de manosear a una mujer en un estacionamiento del estado americano de Virginia.
La detención se produjo luego de una serie de escándalos, entre los que se cuenta la investigación en curso de más de 30 instructores de la Fuerza Aérea por supuestos abusos de alumnos en la base de Texas.
También se está considerando la tradición de permitir que los comandantes revoquen eredictos de jurados militares, como un oficial lo hizo recientemente a favor de otros oficiales condenados por un ataque sexual.
El Pentágono presentará un nuevo informe el martes. En él, se muestra que en 2012, las agresiones sexuales reportadas por los miembros de las fuerzas armadas, incrementaron en un 6%, alcanzando los 3,374 afectados. Sin embargo, un sondeo de personal donde no tenían obligación de revelar su identidad, arrojó que el número podría llegar a ser de 26,000 miembros, quienes nunca informaron de los incidentes, según los funcionarios.
Con lo cual, la cifra aumenta de manera alarmante. En 2011 fueron reportados 19,000 ataques.
Estas estadísticas demuestran los desastrosos resultados que los líderes militares han conseguido en su intento por cambiar la cultura dentro de las filas, incluso en momentos en que los cuerpos redoblan los esfuerzos para dar marcha a nuevos programas de ayuda a las víctimas, fomento de la denuncia y aumento de vigilancia de los comandantes.
Chuck Hagel, Secretario de la Defensa, ordenó una serie medidas y revisiones para que aumente la responsabilidad de los oficiales por aquello que sucede bajo sus órdenes y para inspeccionar las instalaciones para dar con materiales sospechosos.