La presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, anunció hoy inversiones de unos 5.400 millones de reales (2.450 millones de dólares) en infraestructura en Sao Paulo, la mayor ciudad de Brasil y Sudamérica.
Las obras se destinarán a ampliar y extender la red de metro y tren urbano de Sao Paulo y según la mandataria, son fruto de las protestas que hubo en el mes de junio en todo el país pidiendo unos mejores servicios públicos, que empezaron en Sao Paulo tras una leve subida de las tarifas de autobús y que se expandieron por todo el país.
"Los movimientos de junio no fueron apenas por los 20 centavos (10 céntimos de dólar, como se afirmó que subirían los billetes y que causó la revuelta). Fueron por más derechos", dijo Rousseff, para quien "ofrecer transporte urbano de calidad, ágil y a un precio justo es un desafío de todos los alcaldes y gobernadores".
Tras las protestas, Rousseff anunció una serie de medidas, como mejora de la salud y educación así como mejorar las condiciones del transporte urbano en las ciudades.
Entre las obras anunciadas hoy, destacan la expansión de dos de las líneas del metro de Sao Paulo, una de ellas que conectará al aeropuerto internacional de Guarulhos, el principal de Brasil, y la modernización de 18 estaciones de tren metropolitanas.
Según afirmó la presidenta de Brasil, "invertir en metro es absolutamente esencial por al menos dos motivos. Primero porque garantiza un transporte sin interrupción del tránsito con capacidad de ofrecer una distribución diferenciada, rápida, eficiente y segura de los pasajeros", y "segundo porque el metro es el gran eje de integración de los modales de cualquier sistema de transporte del mundo, principalmente en las áreas urbanas y en las áreas metropolitanas con gran densidad de población como Sao Paulo", explicó.
Con las inversiones anunciadas hoy, el estado de Sao Paulo, el más rico y poblado de Brasil, recibirá un total de 33.000 millones de reales (15.000 millones de dólares) en obras para mejorar su movilidad y transportes.