Chile y otros 14 países de América Latina han expresado su rechazo al espionaje realizado por Estados Unidos a sus instituciones nacionales, revelado por el periódico brasileño O Globo, en colaboración con el británico The Guardian.
El resto de esas naciones son Brasil, México, Colombia, Ecuador, Venezuela, Argentina, Ecuador, Panamá, Costa Rica, Nicaragua, Honduras, Paraguay, Perú y El Salvador.
La mayoría ha mostrado su indignación y condena ante las revelaciones filtradas por el excontratista de la inteligencia estadounidense Edward Snowden, quien se mantiene en Moscú, según ha informado el gobierno ruso.
La Agencia Central de Intgeligencia (CIA) y Agencia Nacional de Seguridad (ANS) espiaban las llamadas telefónicas, los correos electrónicos y las comunicaciones de voz por Internet sin respetar fronteras ni soberanías de otras naciones ni tampoco a los ciudadanos estadounidenses, que se jactaban de su impunidad.
Las preguntas que cabrían ahora serían dos: ¿Por qué hacen ese espionaje planetario? y ¿terminará ahora que se ha descubierto?
Teniendo en cuenta la historia de ese país, la búsqueda de información mundial obedece a su política hegemónica en el mundo, la cual no cambiará porque es la esencia de su modelo imperialista y, seguramente, continuará llevando a cabo el espionaje, cada vez más apoyado por las más modernas tecnologías.
Los servicios secretos estadounidenses no han discriminado en el tipo de gobierno que espían porque, incluso, incluyeron a administraciones que son cercanas a Washington, como los casos de Chile, Colombia,
"Sin perjuicio de que se procurará verificar la autenticidad de dichas informaciones, en cuyo caso se solicitarán las explicaciones que corresponda, Chile no puede sino condenar firme y categóricamente las prácticas de espionaje, cualquiera sea su origen, naturaleza y objetivos", señaló la cancillería.
El gobierno chileno también expresó soberanamente su repulsa a cualquier vulneración de la privacidad de las redes de comunicación y ha reafirmado su "irrestricto apego" al derecho y las convenciones internacionales como "instrumentos adecuados para garantizar la armónica convivencia entre las naciones".
Además, se comprometió a seguir trabajando en los organismos internacionales competentes en favor del establecimiento de reglas claras de comportamiento de los Estados, para garantizar los derechos de los ciudadanos y preservar la soberanía de los países.
El de Brasil fue el primero en protestar ante el embajador de Estados Unidos en Brasilia, inició una investigación y pedirá que el asunto se debata en Naciones Unidas.
En México, se filtraba las comunicaciones que contenían las palabras "energía" y "narcóticos"y en Colombia, se indagaba acerca de las guerrillas Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), que ahora negocia la paz en Cuba con el gobierno de Juan Manuel Santos.
En Venezuela, los espías rastreaban el término "petróleo" y datos sobre la agonía y la muerte del expresidente Hugo Chávez (1999-2013), periodo en el que también fue sometida a escuchas Argentina, por lo que la presidenta Cristina Fernández indicó que en la cumbre de Mercosur este viernes en Uruguay se abordará este tema.
Dijo que habría "un fuerte pronunciamiento y pedirá explicaciones ante estas revelaciones que, en realidad, más que revelaciones son confirmaciones que teníamos de lo que estaba pasando", y comentó:"Me corre frío por la espalda cuando nos enteramos de que nos están espiando a todos a través de sus servicios de informaciones en Brasil", dijo Fernández.
También sostuvo que "estas revelaciones son en realidad confirmaciones de lo que está pasando frente a esta nueva configuración mundial en que las potencias quieren dominar las materias primas, como las que tiene América Latina".
El gobierno de México, en cambio, prefirió reaccionar mediante un comunicado de la Secretaría de Relaciones Exteriores, indicando que había reiterando al gobierno de Estados Unidos "por los canales diplomáticos, su exigencia de información amplia sobre el asunto".
"Las relaciones entre países se conducen con respeto y apego al marco legal, y (el Gobierno mexicano) condena enérgicamente cualquier desviación de esta práctica", añadió el comunicado, mientras una comisión del Congreso de este país acordaba pedirle a Peña que exigiera a Washington "explicaciones precisas y urgentes".
Colombia adoptó una actitud similar a la de México, y un comunicado señaló que, al rechazar los actos de espionaje violatorios del derecho a la intimidad de las personas, y de las convenciones internacionales en materia de telecomunicaciones, solicitará a Estados Unidos "las explicaciones que correspondan".
El presidente peruano, Ollanta Humala, afirmó que está "en contra de este tipo de actividades de espionaje", pero sugirió que fuera el parlamento el que indagase este tema. "Estaría bien que el Congreso de Perú investigase estas cuestiones acerca de la información de las personas. Debe cuidarse nuestra vida personal", dijo.
En Ecuador, en lugar del presidente Rafael Correa, quien se encuentra de vacaciones, el vicepresidente Jorge Glas pidió a Estados Unidos que explicara públicamente el espionaje.
"Son evidentes las interceptaciones de correos electrónicos de autoridades en este gobierno. Esto es inaceptable y se requieren explicaciones y correctivos al más alto nivel", añadió Glasel vicepresidente del país.
Hasta ahora, los gobiernos de Maduro y Morales aún no han reaccionado a las revelaciones de espionaje contra sus países, pero sí lo ha hecho el líder Daniel Ortega, que calificó al sistema de espionaje global de Estados Unidos como "delictivo, ofensivo y, por consiguiente, debe ser rechazado internacionalmente".
Cuba se ha solidarizado con todas las naciones espiadas, y el presidente Raúl Castro dijo esta semana que su país ha sido "el más espiado del mundo" por más de cinco décadas.
La presidenta costarricense, Laura Chinchilla, comentó que el espionaje la incomodó: "A mí, como ciudadana de una democracia desarmada como es Costa Rica, me incomodan esas cosas: no me gustan", pero su gobierno investigará lo informado por el diario brasileño.
El presidente de la Asamblea Legislativa de El Salvador, Sigfrido Reyes, aseveró que "no me cabe ninguna duda que El Salvador ha sido espiado y que de esa manera se violenta la soberanía nacional, pero el gobierno de Mauricio Funes no ha emitido aún una opinión sobre el espionaje estadounidense.
Tampoco se han pronunciado los gobiernos Panamá, Honduras y Paraguay, pero los medios de prensa y sectores políticos han mostrado su desacuerdo con esas prácticas.