El presidente de Haití, Michel Martelly, cumplió hoy dos años en el poder satisfecho por los logros alcanzados durante su administración, con la promesa de que seguirá trabajando por el desarrollo económico de su país.
"En estos dos años de gobierno se ha hecho más que lo que hicieron mis antecesores", destacó Martelly la víspera, durante la inauguración de la remozada plaza Boyer, en el este de Puerto Príncipe, un emblemático parque que estuvo ocupado hasta hace poco por damnificados del terremoto del 12 enero de 2010.
El gobernante haitiano dijo que su gobierno hace todo lo posible para fortalecer las instituciones, al citar entre uno de sus principales logros el establecimiento del Colegio Transitorio del Consejo Electoral Permanente, encargado de convocar a elecciones.
Martelly también destacó los avances en el manejo de la seguridad pública y en la educación.
"La verdadera victoria es que después de 15 y 20 años todos los niños que van a la escuela podrán convertirse en ingenieros, médicos y empresarios, y no en generaciones perdidas porque los dirigentes anteriores no hicieron nada por ellos", dijo el mandatario.
Martelly reconoció, sin embargo, que aún queda mucho por hacer, y llamó al pueblo haitiano a mantener la calma y a esperar que las cosas mejoren.
Michel Joseph Martelly asumió la presidencia de Haití el 14 de mayo del 2011, con la promesa de restablecer la autoridad, el orden y la disciplina del Estado, además de la seguridad jurídica, esencial, según afirmó entonces, para lograr la estabilidad del país, promover el desarrollo y atraer inversiones extranjeras.
Lanzado por el partido Repons Peyizan (Respuesta Campesina) y con el apoyo de Estados Unidos, el cantante y político de 51 años ganó la presidencia el 20 de marzo de 2011 con 67,57 por ciento de los votos, al enfrentarse en segunda vuelta a la ex primera dama Mirlande Manigat, que apenas logró el 31,74 por ciento.
La aplicación de reformas anunciadas durante su campaña fue demorada debido a diferencias con el Poder Legislativo, que en los primeros meses de su mandato rechazó a dos candidatos a primer ministro propuestos por el gobernante.
El gobernante haitiano respondió también en las declaraciones del lunes a las críticas del ex presidente Jean Bertrand Aristide y líder de la organización política Fanmi Lavalas, al sostener que su administración ha tomado medidas de corto y mediano plazo para mejorar las condiciones de vida de los grupos más vulnerables.
"Esta es la primera vez que el gobierno de Haití ha comenzado a alimentar a su población", dijo Martelly, al llamar la atención sobre el impacto de los programas de asistencia social que aplica su administración.
El mandatario agregó que su gobierno trabaja al máximo para fortalecer la producción agrícola nacional, a través de importantes proyectos como el dragado de canales en todo el país, que no fueron limpiados en los últimos cincuenta años, y que aumentará la cantidad de tierra cultivable.
Martelly dijo sin mencionar al ex presidente Aristide que una persona que estuvo 10 años en el poder sin remediar el problema de los canales de riego, no puede manifestar ahora su preocupación por la inseguridad alimentaria.
El mandatario agregó que el programa contra el hambre que ejecuta su gobierno, incluso ha comenzado a generar riqueza, ya que las agencias compran a productores locales los alimentos que se distribuyen entre los grupos vulnerables.
"El país estaba dirigido por personas que buscaban solamente los votos de los ciudadanos", dijo Martelly, quien la semana pasada perdió un importante respaldo en la Cámara de Diputados, al crearse un nuevo bloque compuesto por disidentes de la fuerza que apoya al mandatario.
El mandatario haitiano reiteró también su firme determinación de seguir trabajando por el desarrollo económico de Haití y aseguró que las autoridades han intensificado una campaña para fomentar la producción nacional.
El 12 de enero de 2010 un terremoto de 7,3 grados en la escala de Richter sacudió Puerto Príncipe y otras localidades en el sur y suroeste de Haití, con un saldo de 222.570 muertos y daños materiales por 7.900 millones de dólares, además de un millón 300.000 personas sin hogar.
Siete meses después del sismo el gobierno creó la Comisión Interina para la Reconstrucción de Haití (CIDH), con la finalidad de administrar a través de un fideicomiso la ayuda que empezó a llegar a Haití proveniente de la comunidad internacional.
Tras el terremoto, la comunidad internacional prometió 11.000 millones de dólares, 53 por ciento de los cuales no han sido desembolsados, según expertos independientes.
En septiembre del año pasado el gobierno haitiano estimó que aún faltan 12.000 millones de dólares para la reconstrucción del país, debido a que los fondos destinados tras el terremoto se invirteieon en asistencia a la población.
La semana pasada el gobierno haitiano y sus socios internacionales identificaron nuevos mecanismos para mejorar la eficacia de la ayuda exterior.
En la primera reunión del organismo encargado de coordinar la asistencia externa para el desarrollo en reemplazo de la CIDH, los delegados acordaron alinear su apoyo técnico y financiero, en particular en las políticas de desarrollo y las prioridades de la intervención del gobierno.
Además, los representantes se comprometieron a normalizar y revitalizar las mesas sectoriales y temáticas y a evaluar periódicamente el progreso de la implantación de políticas, programas y proyectos.