(SPANISH.CHINA.ORG.CN) – La posibilidad de una mejor relación entre Estados Unidos y Venezuela en la era post Chávez parece alejarse, al menos de momento. Washington no da por buenos aún los resultados revelados el pasado lunes por el Consejo Nacional Electoral (CNE) del país sudamericano, que escrutados más del 99 por ciento de los votos proclamó a Nicolás Maduro como ganador de las elecciones presidenciales del domingo anterior.
No pocos Gobiernos han reconocido ya la victoria del sucesor de Hugo Chávez y enviado las felicitaciones formales, pero otros, entre ellos el de Barack Obama, han preferido aguardar por el resultado de sus consultas con representantes de la Unión Europea (UE) y la Organización de Estados Americanos (OEA) para considerar a Maduro el legítimo ganador de los reñidos comicios.
Tras conocerse que apenas 230.000 votos separaron al vencedor de su contrincante Henrique Capriles, la Casa Blanca ha aplazado su proclamación y cuestionado que el CNE “de Venezuela haya reconocido a Maduro como ganador de las elecciones sin esperar al recuento final”, señaló Patrick Ventrell, portavoz del Departamento de Estado.
Ventrell reiteró el martes que la Casa Blanca no se pronunciará hasta tanto se lleve a cabo el recuento de los votos exigido por el aspirante de la oposición nada más revelarse la escasa diferencia que le separaba del líder chavista y las denuncias de irregularidades en algunos colegios, las cuales, según su opinión, podrían haberle escamoteado el triunfo.
El Departamento de Estado aseguró estar en contacto con la UE y la OEA para “tratar sobre la actual situación en Venezuela”, que este martes generó enfrentamientos entre seguidores de los dos candidatos a la presidencia, dejando un saldo de siete muertos, 61 heridos y 135 detenidos por actos violentos.
Ventrell se mostró muy crítico con los disturbios que tuvieron lugar en las calles de Caracas. “Ningún acto violento tiene cabida en un régimen democrático”.
La deriva que estaban siguiendo las protestas llevó a Capriles a llamar a sus seguidores a retirarse de las calles y evitar la confrontación, además de pedir al Gobierno emprender el camino del diálogo para resolver la crisis política que afecta al país.
“Yo solo estoy pidiendo contar las votos”, insistió el opositor en una conferencia de prensa en la que mostró las presuntas pruebas de las irregularidades que ha denunciado desde el pasado día 14.
Por su parte, el presidente electo prometió “mano dura contra el fascismo” y prohibió una marcha que la oposición había convocado para este miércoles ante la sede del CNE.
“Que me derroquen, si quieren”, retó e instó a los medios de comunicación privados, en particular a las televisoras privadas Venevisión y Televén, a decidir “si están con la patria”. “Ha llegado la hora de las definiciones a Venezuela”.
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