Padres sienten la pérdida de los hijos que se van al extranjero
Actualizado a las 08/05/2014 - 14:12
Pekín, 08/05/2014(El Pueblo en Línea)-Cuando la hija de la jubilada Ren Chunqing se fue a estudiar a Japón hace dos años, se comunicaban por teléfono y video casi todos los días.
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Padres sienten la pérdida de los hijos que se van al extranjero |
Pekín, 08/05/2014(El Pueblo en Línea)-Cuando la hija de la jubilada Ren Chunqing se fue a estudiar a Japón hace dos años, se comunicaban por teléfono y video casi todos los días.
"La eché mucho de menos el primer mes, preocupada por su adaptación al nuevo entorno, por su bajo nivel de idioma japonés y por el método de enseñanza diferente de las universidades extranjeras", dijo Ren, de 51 años, proveniente de la provincia de Shanxi.
Su hija Guo Jiao se fue en octubre de 2012 para cursar un doctorado de tres años y medio en biología a la Universidad de Tokio.
Ren dijo que solo empezó a tranquilizarse un mes después de que se fuera su hija, cuando la joven informó a su madre de que se estaba adaptando buen a la vida y los estudios en Japón.
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Las personas cuyos hijos se han ido a trabajar o a estudiar a otras regiones o países se reúnen para organizar una cena en una comunidad de Wuxi, provincia de Jiangsu. Cada vez más jóvenes chinos se van a estudiar al extranjero. [Fotografía por Yi Ge/China Daily]"Mi hija es muy independiente y puede cuidar de si misma. Mi preocupación era realmente innecesaria", dijo Ren.
Ren dijo que también se sentía "muy sola y frustrada al principio".
Ella visitó a su hija el año pasado y se quedó con ella durante un mes, pero no le gustó Japón.
"Sufrí el problema de la barrera del idioma, y no podía hablar con nadie excepto con mi hija, así que la mayor parte del tiempo me quedaba en su casa, por lo que me aburría. No me sentía segura", dijo Ren, cuyo marido, de 54 años, es médico.
Desde que regresó de Japón, Ren ha estado ocupada, buscando nuevas formas de entretenimiento y diversión.
A menudo canta y baila con un grupo, y estudia fotografía en una universidad local para personas mayores. También viaja ocasionalmente y pasa más tiempo con su esposo.
"Estoy más ocupada que antes. Mi vida es mucho más colorida", dijo Ren con una sonrisa.
Ren es una de las muchas personas en China que se enfrentan a la soledad cuando su hijo o hija se va al extranjero a buscar mejor futuro.
El número de estudiantes chinos en el extranjero alcanzó los 413.900 en 2013, un incremento del 3,58% respecto al año anterior, según cifras del Centro Chino para el Intercambio de Estudiantes bajo el ministerio de Educación.
El grupo de cooperación internacional de educación prevé que el número de estudiantes extranjeros alcance los 500.000 este año, en lo que sería el séptimo año consecutivo de crecimiento.
Necesidad de adaptarse a la nueva vidaConsejeros y educadores afirman que muchos padres pueden sentirse perdidos y sufren estrés psicológico y emocional después de que sus hijos se van al extranjero.
Necesitan adaptarse a una nueva forma de vida, a veces prestándole menos atención al hijo y más al cónyuge.
Jia Rongtao, consejero de Educación Familiar y presidente del grupo educativo Rongtao, dijo que estos padres deberían participar en actividades de ocio como pintura, caligrafía, piano y canto, para alegrar sus vidas y superar la soledad.
"La sociedad también debería preocuparse más por estas familias que se quedan sin sus hijos. Las comunidades deberían organizar diversas actividades y dar orientación psicológica y apoyo a los padres que tengan problemas emocionales.
Respeto y apoyoXu Yan, profesor de la Escuela de Psicología de la Universidad Normal de Pekín, dijo que los padres deben cuidar a sus hijos de manera "moderada", y no interferir en sus asuntos personales.
"Las preocupaciones excesivas podrían afectar a sus hijos e incluso alejarlos más. Esto puede afectar al desarrollo saludable de los niños", dice Xu.
Xu aconseja a los padres que respeten y apoyen las decisiones de sus hijos, dando sugerencias e ideas si es necesario, para que los niños crezcan de manera independiente.
Pero también hay padres a los que no les afecta la ausencia de sus hijos.
Una mujer de negocios de apellido Tao, en Langfang, provincia de Hebei, envió a su hija de 22 años y su hijo de 19 años a Canadá el año pasado. Ella no se preocupe en absoluto.
"Es una buena oportunidad para ellos. Estudiar en el extranjero fue su elección. No les obligo a hacer nada que no quieran", dijo Tao, cuyo marido también es hombre de negocios.
Dijo que su hija echa mucho de menos su hogar, por lo que regresa en vacaciones.
"La vida en Canadá también es segura, y la mía aquí es casi como antes, muy ocupada con mi trabajo".