Hoy por la mañana comenzó a llover en el distrito de Lushan, en la provincia suroccidental Sichuan de China, una de las regiones más afectadas por el terremoto de 7,0 grados de magnitud del sábado, lo que dificultará el trabajo de alivio y traerá unas nuevas amenazas como deslizamientos de tierra por las precipitaciones.
En el pueblo de Yuxi, en el poblado de Baosheng, se han evacuado a cientos de habitantes de las tiendas de campaña que se construyeron hacia otras que son resistentes al agua.
La policía armada ha levantado 20 tiendas para los aldeanos a quienes ayudó a trasladar sus enseres hacia ellas.
De acuerdo con el Centro Meteorológico Nacional, las lluvias moderadas perdurarán en la región azotada por el terremoto durante los próximos días, lo que aumentará las dificultades para llevar a cabo el trabajo de alivio y planteará unas nuevas amenazas como colapsos o corrimientos de tierra.
Se han implementado controles de tráfico en Lushan, donde sólo los vehículos de alivio tienen permiso para entrar en la región, dijo a Xinhua un oficial de la policía fuera de la Escuela Secundaria de Lushan.
Cientos de estudiantes se reubicarán a Chengdu para reanudar las clases antes del examen de admisión a las universidades, que está programado para el 7 y 8 de junio.