BEIJING, 25 jul (Xinhua) -- A pesar de la ausencia de la selección china en el Mundial 2014 en Brasil, las compañías chinas como CSR, Huawei, Sany, e Yingli, cogieron el testigo como las representantes del país ante el mundo.
Brazuca, el balón oficial de la Copa Mundial, las pantallas LED, las instalaciones de inspección de seguridad en los estadios, los trenes de metro en Río de Janeiro o los proyectos del sistema de telecomunicaciones en las ciudades anfitrionas son algunas muestras de cómo los productos chinos han experimentado una acelerada expansión en Brasil, lo que también mostró el rápido desarrollo de los lazos comerciales entre China y América Latina.
El presidente chino, Xi Jinping, concluyó el miércoles su segunda gira en América Latina tras asumir la presidencia. Durante su viaje, asistió a la sexta cumbre del BRICS y realizó visitas de Estado a Brasil, Argentina, Venezuela y Cuba.
En los últimos años, la cooperación económica y comercial sino-latinoamericana ha ampliado su escala, diversificado sus áreas y entrará en una fase de desarrollo integral y rápido con la formación de la dependencia mutua y el desarrollo común, aseguró a Xinhua un responsable encargado de los asuntos latinoamericanos y caribeños del Ministerio de Comercio de China.
De acuerdo con los datos oficiales, el volumen del comercio bilateral entre China y América Latina se situó en sólo 1.260 millones de dólares en 1979. Entre 2000 y 2007, la suma pasó de 10.000 millones a 100.000 millones de dólares y marcó su listón más alto en 2013, cuando alcanzó los 261.570 millones de dólares, cifra que multiplicó por casi 21 veces la del 2000, año en el que el volumen se ubicó en 12.600 millones de dólares.
Actualmente, China es el tercer socio comercial de América Latina, después de Estados Unidos y la Unión Europea, mientras que América Latina es el séptimo socio comercial de China.
Gracias a unos intercambios económicos cada día más estrechos, la región latinoamericana se ha convertido en uno de los destinos de inversión más importantes para las empresas chinas, que han entrado en sectores como el petróleo, la electricidad, la minería, la agricultura o la manufactura.
Según los datos del Ministerio de Comercio, las inversiones directas acumuladas de China en América Latina superaron los 10.000 millones de dólares por primera vez en 2005 y alcanzaron 68.200 millones de dólares a finales en 2012, lo que supone el 12,8 por ciento del total del año.
Asimismo, las inversiones directas no financieras de China en América Latina totalizaron los 15.160 millones de dólares en 2013, un 42,9 por ciento más anual.
Entre las múltiples áreas de inversión, destaca la industria automovilística. Las marcas chinas como Chery, JAC, BYD y Geely han ampliado su producción y venta de vehículos en América Latina con el establecimiento de fábricas locales.
Según la Asociación de Industria de Automóviles de China, Sudamérica ha sido el mercado de exportación más grande para las fabricantes automovilísticos chinos. El año pasado se vendieron 285.500 unidades, el 30 por ciento de las exportaciones totales de vehículos del país asiático.
Actualmente, muchas naciones latinoamericanas se están esforzando por construir y renovar las infraestructuras y necesitan una gran cantidad de inversión y tecnologías avanzadas. Por eso, la contratación ha sido una nueva área en la cooperación económica y comercial sino-latinoamericana.
Según los datos del Ministerio de Comercio, a finales de 2013, el volumen acumulado de los proyectos contratados por empresas chinas en América Latina alcanzó los 94.600 millones de dólares. Los negocios de contratación cubren sectores como los gasoductos, las centrales eléctricas, las carreteras, las obras de drenaje, las viviendas y las telecomunicaciones.
Gracias a la enorme demanda nacional de China y a las necesidades de infraestructuras de América Latina, las dos partes disfrutan de una brillante perspectiva en el futuro.
El Ministerio de Comercio de China exhortó a ambas partes a mejorar la estructura de exportación, animar al comercio de los productos de alta tecnología y alto valor agregado y a lograr un desarrollo equilibrado de los negocios. Además, China y América Latina deben ampliar las áreas de cooperación, especialmente en la protección ambiental, las nuevas tecnologías de la información, la biología, la fabricación de equipos de alta categoría, los nuevos materiales y los automóviles de nueva energía.