Cinco años han pasado desde que se creó el Grupo de los 20 (G20) como un foro multilateral para coordinar respuestas a las crisis, sin embargo, una falta de efectividad y representatividad está socavando al grupo.
Intereses divididos podría debilitar la efectividad del grupo, dijo el secretario general de Global Foundation, Steve Howard, quien asistió a la Conferencia Anual 2013 del Foro de Boao para Asia, la cual concluyó el lunes en la provincia de Hainan, sur de China.
En la reunión de ministros de Finanzas y gobernadores de bancos centrales del G20 sostenida en febrero, la mayoría de los países abordó el asunto de una posible guerra monetaria, y pidieron a los países desarrollados que tracen una estrategia creíble de consolidación fiscal de mediano plazo.
Algunos observadores se han quejado de que aunque más Estados miembros del grupo están siguiendo una política monetaria flexible, el G20 sigue manteniendo una posición neutral, una muestra de los problemas sobre la capacidad del grupo para coordinarse.
Una falta de legitimidad representativa también ha socavado la efectividad del G20. Tener un número suficiente de Estados en la mesa es un requisito para la coordinación global efectiva, dijo Terra Lawson Remer, experta del Consejo de Estados Unidos sobre Relaciones Exteriores. Los países del G20 representan 85 por ciento del producto interno bruto (PIB) mundial, 80 por ciento del comercio mundial y 65 por ciento de la población mundial. No obstante, el grupo excluye a más de cuatro quintas partes de los países del mundo.
Al menos 20 países no desean que el G20 aparezca en alguno de los expedientes de la ONU, dijo Vuk Jeremic, presidente de la 67 sesión de la Asamblea General de las Naciones Unidas.
Además, los Estados miembros también están divididos en términos de su desarrollo y economías. Los países desarrollados y en desarrollo tienen sus propias prioridades y ninguno desea sacrificar sus propios intereses, dijeron los expertos.
La "Sherpa" rusa del G20, Ksenia Yudaeva, dijo que el G20 debe mejorar su efectividad este año.
Yudaeva expresó el deseo de que la cumbre del G20 prevista para septiembre próximo en San Petersburgo pueda producir decisiones sustanciales sobre inversión, mercados financieros, obligaciones de deuda y otros asuntos, así como ofrecer programas de acción para algunos países con el fin de facilitar el crecimiento económico y la estabilidad financiera.
La efectividad del G20 también requiere de un secretariado permanente y de criterios formales para la selección de miembros. La estructura informal del G20 implica que las agendas deben ser determinadas cada año por quien ocupe su presidencia rotativa, dijo Remer.
Los países miembros deben cumplir sus promesas y no preocuparse exclusivamente por sus propios asuntos, dijo Remer.
El G20 necesita mejorar su transparencia y responsabilidad para garantizar la aplicación de los consensos que alcance, dijo Feng Huilan, ministro indonesio de Economía Creativa y Turismo.
Los líderes del G20 deben prestar más atención al comercio y trazar planes específicos para establecer un sistema de comercio justo y abierto, dijo Feng.
Esa opinión fue respaldada por Craig Emerson, ministro australiano de Comercio y Competitividad.
El G20 necesita la transición de ser un mecanismo financiero a un verdadero mecanismo económico y hacer contribuciones relacionadas con el clima, seguridad y seguridad alimentaria, dijo Emerson.