Pekín, 16/09/2013(El Pueblo en Línea)- Con tiempos más cortos de transporte y menores costos de fletes, las líneas ferroviarias internacionales que unen el centro y oeste de China con Asia Central han ayudado a mejorar la conectividad y el comercio entre las regiones.
Comenzando en Chongqing, el Ferrocarril Internacional Chongqing-Xinjiang-Europa pasa por Xi’an, Lanzhou, Urumqi y el Paso Alataw, donde entra en Kazajstán, antes de continuar a través de Rusia, Bielorrusia y Polonia, hasta llegar finalmente a Duisburg, Alemania.
Recorriendo 11.179 kilómetros, tarda sólo 16 días en promedio para transportar mercancías desde China hasta Europa, 20 días menos que por vía marítima desde los puertos del este de China, ideal para los productos con una vida útil más corta.
El costo es de una quinta parte de lo que cuesta el transporte por vía aérea y solamente hay una inspección de aduanas a lo largo de toda la ruta entre Chongqing y Asia Central. Desde que comenzó a funcionar en el 2011, el costo de transporte en esta ruta también ha caído de 80 a 70 centavos de dólar por 22 toneladas métricas de carga por kilómetro.
Las mercancías transportadas a lo largo de la ruta incluyen electrónicos, automóviles y equipos médicos.
Se ha comparado con el segundo Puente Continental Euroasiático, una línea de tren que comienza en Lianyungang en el la provincia de Jiangsu, en el este de China, y pasa a través del Paso de Alataw en Xinjiang hasta finalizar en Rotterdam, en los Países Bajos.
La línea Chongqing-Xinjiang-Europa ha dado un impulso a la economía de Chongqing. Según la empresa de logística Yuxinou, que proporciona servicios de logística a lo largo del ferrocarril, desde enero hasta mayo de este año, el transporte de carga aumentó un 5,9 por ciento hacia fuera de la ciudad y un 8,3 por ciento hasta la ciudad.
La línea une el centro de fabricación del sur de China y el cinturón industrial del sudoeste con los mercados europeos. A lo largo de la ruta hacia Europa está Nizhni Nóvgorod, un importante centro de transporte y distribución en Rusia.
Con el rápido desarrollo de las relaciones económicas y comerciales entre China y Rusia en los últimos años, un número creciente de productos chinos se han distribuido a través de la Estación de Trenes de Nizhni Nóvogorod, con un crecimiento promedio del 8 por ciento anual.
De los 2.627 contenedores que pasaron por la estación en la primera mitad del año, 846 procedían de China, llevando materiales de construcción, automóviles, alimentos y productos químicos.
Encrucijada kazaka
Mientra tanto, el ferrocarril también ha recibido elogios por parte de los funcionarios de Kazajstán.
“Cambia las redes de transporte en Kazajstán y convierte al país en una encrucijada que conecta China y Rusia, y también Europa”, dijo el vicepresidente de la compañía estatal de ferrocarriles de Kazajstán KTZ.
El ferrocarril es muy importante para Kazajstán, y el país seguirá tomando medidas para aprovechar su potencial, incluyendo la mejora de la eficiencia del despacho aduanero y la introducción de locomotoras más potentes, dijo.
De acuerdo con TREND, un proveedor de noticias de Asia Central, durante una reunión en mayo, las autoridades aduaneras de China y Kazajstán acordaron establecer un sistema para realizar el despacho y control aduanero a lo largo de la línea del ferrocarril. Las dos autoridades aduaneras tienen como objetivo desarrollar un plan estratégico de cooperación para el periodo 2014-2018, dijo.
“La cooperación económica y las inversiones entre China y los países de Asia Central se han desarrollado muy rápidamente en los últimos años, lo que ayuda a aumentar la demanda de una logística mejor y más rápida en esos países”, dijo Sun Zhuangzhi, investigador de estudios de Asia Central en la Academia China de Ciencias Sociales.
“Los países de Asia Central son todos países sin litoral, por lo que los ferrocarriles son especialmente importantes para ellos, porque les ofrece una mejor conectividad con el mundo exterior, para que puedan tener una mejor participación en la cooperación económica mundial”, dijo.
Además, el ferrocarril Chongqing-Xinjiang-Europa permite a esos países acceder a los puertos de China y de los países europeos, dijo.
Desafíos por delante
A pesar de su aparente éxito, la línea se enfrenta a algunos retos en los próximos años.
Se requiere un flujo constante de importaciones y exportaciones para mantener el ferrocarril en marcha, pero en la actualidad hay pocas exportaciones de los países europeos. Chongqing está tratando de resolver esto mediante la promoción de la línea a Europa, pero no hay ninguna garantía de éxito.
También hay algo de competencia de otras líneas que proporcionan un costo igualmente bajo de transporte por tierra hasta Europa. Un ferrocarril que une Asia y Europa se puso en marcha en julio y va desde Zhengzhou, un centro de negocios y logística en el centro de China, hasta Hamburgo, el segundo puerto más grande de Europa.
La ruta llega hasta Alemania a través de Kazajstán, Rusia, Bielorrusia y Polonia. Tarda 18 días para cubrir 10.214 kilómetros, más del doble de rápido que por mar. También es un 80 por ciento más barato que el transporte aéreo y mucho más barato que ir por carretera.
Al igual que la línea entre Chongqing y Duisburg, el ferrocarril entre Zhengzhou y Europa tiene que cambiar el ancho de vías dos veces, una hazaña que se realiza mediante una grúa.
La primera transferencia es el cambio a la línea de trocha ancha de Rusia en el paso de Alataw en la frontera entre China y Kazajstán. El segundo es el cambio a la medida estándar en la frontera entre Polonia y Bielorrusia.
El cambio de ancho de vía y el servicio técnico es proporcionado por DB Schenker, el brazo de transporte y logística de Deustsche Bahn, la empresa nacional de trenes de Alemania, a través de su red de servicio en Asia Central y Europa del Este después de que los trenes salen de China.
El primer tren de mercancía en esta ruta tenía 41 contenedores, incluyendo 11 que llevaba partes de automóviles, hilos industriales y ropa y zapatos de alta gama en la ruta hasta Hamburgo, y un contenedor de ropa con destino a Rotterdam. Las mercancías estaban valuadas en 2,33 millones de dólares.