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El gusto tiene límites |
Por Xu Ming, Global Times
13/05/2013 (El Pueblo en Línea) - Los reality shows se ha vuelto demasiado reales para China.
Siguiendo los pasos de la reciente polémica provocada por el actor Jia Nailiang bañándose con su hija de 2 años en el reality show “Papá ha vuelto”, otro reality está haciendo tambalear la industria televisiva en China.
Durante el episodio de “Vamos, bebé” del pasado viernes, un reality show de la televisión de Shenzhen, la audiencia pudo ver con todo lujo de detalles el nacimiento de un bebé, de las contracciones hasta los momentos más íntimos, y por así decir, sangrientos.
Mostrando las experiencias de tres embarazadas de diferentes orígenes, el programa utiliza cámaras de control remoto instaladas por toda la unidad de maternidad, incluyendo la entrega y la sala de parto, en un hospital de Shanghai.
En un intento por mostrar la realidad de la vida, el programa de una hora mostró la ansiosa espera de las tres madres, seguida por el dolor del parto, y por último la alegría de ver a sus hijos recién nacidos. Entre estos momentos, el programa intercala imágenes de los detalles más íntimos de la vida de estas mujeres en el hospital, incluyendo las conversaciones que tienen con sus esposos y con el personal del hospital.
El primer episodio de la serie fue bombardeada con elogios y críticas después salir en televisión en la víspera del Día de la Madre. Algunos opinan que el programa muestra la belleza de la maternidad, mientras que otros creen que el espectáculo ha sobrepasado los límites del buen gusto, especialmente cuando "muestra escenas de sangre y momentos privados" para llamar la atención.
Explicando términos médicos como líquido amniótico, contracciones y oxitocina, así como dando consejos para mantenerse sanas durante el embarazo, el show fue visto como un éxito a la hora de educar al público, a las parejas que planean tener un hijo, y especialmente avisando sobre lo que deben esperar cuando hagan el viaje final al hospital.
Aunque no podemos negar este aspecto positivo del programa, también es innegable que el episodio cruzó los límites del buen gusto adentrándose demasiado en momentos íntimos de una pareja que a nadie le debería importar.
Se sabe que las tres madres firmaron contratos autorizando la publicación de estos momentos íntimos (a quién sabe qué precio), pero sin duda el episodio demuestra una falta de respeto hacia la privacidad de los ciudadanos.
Dar a luz a una nueva vida es uno de los momentos más íntimos de la vida de una mujer. Un acto que no debería ser expuesto a millones de espectadores.
Además, aunque el director del programa ha afirmado que en ningún momento la producción interfirió en el momento del parto, es difícil de creer. Como madre de un bebé de 5 meses, recuerdo lo importante que fue dar a luz en paz y tranquilidad sin preocupaciones del exterior. Saber que hay una cámara siguiéndome a todas partes me molestaría mucho, con o sin contrato.
Aunque grabar un parto aseguraría una audiencia de millones de espectadores, teniendo en cuenta el tema y su naturaleza sensible, no es apropiado para ponerlo en las pantallas de televisión donde todo el mundo, tanto adultos como niños, puede verlo.
Cuando se trata de elegir qué mostrar en televisión, las productoras necesitan establecer límites y los gustos del público.
Para ganar más audiencia con los reality shows, las productoras deben respetar la privacidad y tener al público en mente. Aunque puedan no estar infringiendo la ley, deben entender dónde están los límites del buen gusto en la televisión.