Por Yang Bojiang
28/02/2013 (El Pueblo en Línea) -El “Planteamiento de la Normalización Nacional” de Abe está destinada al fracaso porque quien olvide la Historia cometerá el mismo error.
Después de rendir públicamente homenaje al santuario donde se realiza la adoración a los criminales de guerra de primera clase a finales de 2013, durante el Foro Davos, el primer ministro de Japón comparó las relaciones entre China y Japón con las relaciones entre Gran Bretaña y Alemania antes de la Primera Guerra Mundial, lo que provocó una condena enérgica de la sociedad internacional.
Intensificar la tensión comparándonos con las relaciones entre Gran Bretaña y Alemania de hace cien años, desviar el objetivo de los medios desde los crímenes de invasión de Japón en la Historia moderna hacia la “amenaza china”, y así encontrar excusas políticas para modificar la Constitución, reforzar la potencia militar y promover la “normalización nacional”, son los objetivos que Abe quiere alcanzar mediante la “comparación de Historias”.
Sin embargo, el “Planteamiento de la Normalización Nacional” está lleno de contradicciones, y la negación de la Historia sólo concentrará más atención de la opinión pública en el pasado de su país. El “Planteamiento de la Normalización Nacional” de Abe está destinado al fracaso porque quien olvide la historia cometerá el mismo error.
Durante su mandato de más de un año, el alineamiento y la estrategia del desarrollo de Japón han cambiado obviamente. Japón lleva más de 20 años persiguiendo el objetivo de la “normalización nacional”, y nunca ha dejado de discutir sobre en qué tipo de “país normal” debe convertirse y cómo realizarlo. Ahora Abe dio su respuesta a estas dos preguntas con sus acciones: Japón quiere convertirse en un “país normal” con la “normalización militar” sin evitar los enfrentamientos militares para lograr este objetivo..
En Japón, el año pasado, o sea el año 2013, fue considerado “el primer año de recuperación militar”, y el gobierno de Abe finalizó el cambio de estrategia de seguridad de Japón después de la Segunda Guerra Mundial, con tres documentos de seguridad que son la Estrategia de la Defensa en Seguridad Nacional, el nueva Esquema del Plan de Defensa y el Plan de Preparación de la Fuerza de Defensa a Medio Plazo, además del Comité de Seguridad Nacional y la Ley de Protección de Secretos Especiales que aportan la garantía legal y el mecanismo.
70 años después del fracaso en la Segunda Guerra Mundial, Abe procura que Japón se convierta de nuevo en un país que “tenga la fuerza para iniciar una guerra”. Durante su discurso del año nuevo de 2014, Abe manifestó que la lucha para “recuperar un Japón poderoso” acaba de comenzar, revelando su intención de promover aun más los dos temas derechistas, es decir, el cambio de la Constitución con refuerzo del poder militar, y el “embellecimiento” de la historia.
Los esfuerzos de un país derrotado en las guerras para recuperar su identidad “normal” tendrán éxito o no dependiendo de sus objetivos en la “normalización”, su opción de estrategia, y las condiciones relacionadas.
Mientras que niega la historia de la invasión, el gobierno de Abe toma una postura muy dura hacia los países vecinos, e intenta liberarse de las limitaciones después de la guerra con la “emergencia militar”, que estremeció la estabilidad de la región Asia-Pacífico, e impulsó las relaciones entre los países regionales hacia un abismo de separación y luchas. Desde que Abe asumió su cargo, la buena tendencia de cooperación regional en Asia del Este se ha visto obstaculizada, y las relaciones entre China y Japón y entre Corea del Sur y Japón se estancaron. Es muy natural que a la sociedad internacional le preocupa la “normalización nacional” de Japón bajo el gobierno de Abe.
El alineamiento de Abe está conduciendo a todo el país hacia el lado contrario de la sociedad internacional. En el año 2013, Ban Ki-moon, secretario general de la ONU, pidió a Japón que hiciera frente a la Historia y reflexionarse, pero el gobierno de Abe lo rechazó tajantemente, lo que se pareció a la historia de la retirada de Japón de la “Unión Internacional” en el año 1933 por las condenas internacionales a la ocupación japonesa del noreste de China. Hoy, en el año 2014, bajo la dirección de Abe, parece que Japón quiere ponerse otra vez al lado opuesto de todo el mundo.
Es muy posible que la nación liderada por Abe repita el error de Alemania antes de la Primera Guerra Mundial y el mismo error que ya cometió antes de la Segunda Guerra Mundial, una tendencia por la que todos los países y pueblos amantes a la paz deben estar alerta para evitar ser arrastrados otra vez en el abismo de guerra.
(El autor es el sub director del Instituto de Estudios de Japón de la Academia de Ciencias Sociales de China)