Desafío de la era de ‘Big Data’ |
05/07/2013(Pueblo en Línea)- Esta es la era de “Big Data” –es decir, una era donde circulan gran cantidad de datos- y es lo que todo el mundo ha percibido otra vez intensamente a través del reciente escándalo sobre el programa de vigilancia PRISM de EE.UU.
El año pasado, en la teleserie estadounidense llamada Person of Interest, se introdujo un proyecto parecido al programa superior PRISM. Un genio creó una máquina que puede obtener casi todos los datos de la gente dentro de EE.UU., y luego de analizar los datos, la máquina puede encontrar qué personas representan una amenaza para la seguridad del país, e incluso encontrar a la persona que es amenazada o a la persona que amenaza a otras. Por supuesto, es imposible que las vías por las que se sacan los datos sean independientes de internet: teléfonos móviles, tarjetas de crédito, computadoras, etc.
Con la puesta en descubierto del programa de vigilancia PRISM de EE.UU, la gente se ha dado cuenta de que no hay nada que no se pueda hacer, sólo hay lo que no se ha pensado.
Desde hace mucho tiempo, la privacidad en la era de Big Data ha sido un tema polémico. El pensador estadounidense Alvin Toffler mencionó en su obra La tercera ola que, “si la computadora central de IBM era el telón de la revolución informática, ‘Big Data’ entonces sería el movimiento principal de la (sinfonía de la) tercera ola”.
De hecho, ya hace tiempo que comenzamos a disfrutar de sus beneficios. Por ejemplo, al comprar libros por internet, siempre encuentras algunos libros recomendados automáticamente por el sistema, que en general no se desvían mucho de tus propios intereses, lo que seguramente es más conveniente que si quieres tú mismo buscar en el gran océano de libros que existe.
No obstante, al mismo tiempo que disfrutamos de las conveniencias de la era de Big Data, inconscientemente nos ponemos en una situación expuesta.
Recientemente, los usuarios de Facebook quedaron nerviosos porque según una investigación realizada por el Centro de Examen Psicológico de la Universidad de Cambridge y el Instituto de Cambridge de Microsoft, a través de un algoritmo especial se puede sacar información privada, y con alta precisión, a partir de lo que le “gusta” a una persona. Por ejemplo, después de estudiar los “gustos” de los voluntarios, los investigadores pudieron determinar si los usuarios eran blancos o afroamericanos, con una precisión de hasta el 95%; y en un 88% de otros casos, se pudo analizar si los usuarios eran heterosexuales u homosexuales.
Son sólo ejemplos muy simples. El programa PRISM y Person of Interest nos dejan conocer las posibilidades más asustadoras. Si se quisiera, casi cualquier comportamiento de cualquier persona que vive en la era de Big Data podría estar bajo vigilancia. En un mundo así, ¿cómo se vería afectada la vida cotidiana de la gente? ¿Y las estrategias de los países?
El gobierno de Obama anunció el año pasado el “Plan de estudiar y desarrollar Big Data”, que elevándola a la altura de una estrategia nacional, según la cual poseer y controlar datos es considerado como otra fuerza principal del país, además de los poderes territoriales, marítimos y aéreos. En una era relativamente nueva como la de Big Data, Estados Unidos ha vuelto a ponerse a la vanguardia.
Ahora bien, ¿cómo se limita el abuso de Big Data? ¿Cómo se protege la privacidad de la gente? En el preludio de la era de Big Data, ¿ya estará preparado el mundo?