Una nueva oleada de desplazamientos fue desencadenada en las últimas semanas por la inseguridad en República Centroafricana, mientras la crisis en este empobrecido país continúa siendo severa, dijo hoy un vocero de la ONU.
"Ha habido un aumento de 70 por ciento en el número de personas desplazadas en Bangui, de 214.000 el 17 de diciembre a las 370.000 de hoy", dijo Martin Nesirky durante la sesión informativa regular en la sede de la ONU y agregó que un total de 785.000 personas han sido desplazadas en todo el país y alrededor de 2,2 millones de personas necesitan asistencia.
Nesirky dijo que las organizaciones humanitarias están apoyando a toda la gente posible a pesar de la inseguridad.
"El Programa Mundial de Alimentos (PMA) ha distribuido este mes 555 toneladas de alimentos a más de 133.000 personas en Bangui. También ha llegado a más de 41.500 personas en Bossangoa y a 21.500 personas en Bouar", dijo el vocero.
República Centroafricana ha estado sumida en la agitación desde que los rebeldes seleka emprendieron ataques hace un año y obligaron al presidente Francois Bozize a huir en marzo. Desde entonces, se encargó a un gobierno de transición restaurar la paz y preparar el terreno para la celebración de elecciones democráticas, pero volvieron a estallar los enfrentamientos armados. A principios de este mes, los cristianos y los musulmanes se lanzaron ataques de represalia en Bangui y sus alrededores.
En el aeropuerto internacional de Bangui, donde las agencias estiman que entre 70.000 y 100.000 personas han buscado refugio, los socios humanitarios intentan ofrecer atención médica y exámenes de desnutrición a los niños, dijo Nesirky. El Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (Unicef, por sus siglas en inglés) también está trabajando para establecer actividades de protección infantil móviles, agregó el vocero.