El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, firmó este jueves un acuerdo de última hora para acabar con el cierre parcial del gobierno y elevar el techo de la deuda.
Obama firmó la ley sin mayores comentarios después de la aprobación por parte de la Cámara de Representantes y el Senado la noche del miércoles.
Al hablar poco después de la votación del Senado, el mandatario dijo que firmaría el proyecto de ley tan pronto como llegara a su escritorio y el proceso para la reapertura del gobierno federal se iniciaría "inmediatamente".
Obama agradeció a los líderes demócratas y republicanos por llegar a un acuerdo para poner fin al cierre del gobierno federal y elevar el techo de la deuda.
"Esperemos que la próxima vez no sea a última hora... Tenemos que dejar el hábito de gobernar regidos por la crisis", destacó el presidente.
Minutos después que Obama firmara la ley, la directora de presupuesto de la Casa Blanca, Silvia Mathews Burwell, emitió una directiva a los empleados, asegurando que el gobierno intentará y hará la transición para el reinicio de las operaciones totales del modo más fluido posible.
"Todos los empleados que estaban de permiso de licencia debido a la ausencia de apropiaciones deberán regresar ahora a trabajar. Deben reabrirse las oficinas de una manera pronta y ordenada", añadió.
"Este ha sido un momento particularmente desafiante para los empleados federales y quiero agradecer a los dedicados funcionarios de nuestra nación por su constante compromiso para servir al pueblo estadounidense", manifestó Burwell.
El acuerdo pone fin a semanas de tensión y negociaciones entre los dos partidos, que obligó al gobierno federal a su primer cierre parcial en 17 años y empujó al país al borde de un impago histórico.
El Congreso destrabó el riesgo apenas un día antes del final del plazo establecido por el Tesoro de EEUU, que amenazaba con poner fin a las "medidas extraordinarias" que había tomado para pagar las cuentas el 17 de octubre, con apenas 30.000 millones de dólares en efectivo disponibles.
La nueva ley ofrece un arreglo temporal para los temas fiscales del país, pero no resolverá la división fundamental entre demócratas y republicanos sobre el Obamacare, que causó el pulso entre los dos partidos.
Además, el acuerdo deja entrever la posibilidad de otra batalla a principios del año próximo cuando el gobierno se quede sin fondos y la autoridad de préstamo del Tesoro vuelva a llegar a su fin.