El primer ministro de Francia, Jean Marc-Ayrault, rechazó hoy los llamados de la oposición para realizar una votación en el parlamento sobre la crisis siria.
"Corresponde al presidente de la república decidir si habrá un votación (en el parlamento) el miércoles, aunque nuestra constitución no la exige", dijo Ayrault.
"Habrá un debate sin votación debido a que, de cualquier forma, la decisión final será tomada por el presidente cuando se forme la coalición", agregó el primer ministro.
Luego de dar a conocer un informe de inteligencia sobre Siria durante una reunión con los legisladores, Ayrault hizo énfasis en que "Francia no actuará sola. El presidente continúa su labor de persuasión para formar una coalición sin demora".
Las declaraciones de Ayrault se producen luego de que políticos veteranos de los partidos de derecha y centro presionaron al presidente francés, Francois Hollande, para que busque una votación en el parlamento sobre un posible ataque contra Siria.
Conforme a la constitución francesa, Hollande, quien también es jefe de las fuerzas armadas, puede ordenar cualquier acción militar, pero tiene que informar al parlamento en un plazo de tres días de su comienzo. La votación de los legisladores sería obligatoria si la operación durara más de cuatro meses.
"Francia está decidida a castigar el uso de armas químicas por parte del régimen de Assad y a disuadirlo con una respuesta contundente y firme", dijo Ayrault.
"El objetivo no es ni deponer al régimen ni liberar el país...Creemos que una solución política en Siria es posible", agregó el primer ministro.
De acuerdo con informes de los medios, en un informe de la inteligencia francesa se indicó que las fuerzas leales a Al-Assad estuvieron detrás del presunto ataque del 21 de agosto en Damasco, aunque el presidente sirio niega las acusaciones. En una entrevista con el diario francés Le Figaro, el presidente sirio Bashar al-Assad advirtió que si los países occidentales llevan a cabo una intervención militar en respuesta al presunto ataque con armas químicas correrán el riesgo de encender una "guerra regional" en el Medio Oriente.