El ministro del Interior de Colombia, Fernando Carrillo, reiteró la oferta de diálogo a campesinos inconformes de Catatumbo, luego de que este jueves se rompieran las negociaciones bilaterales, aunque condicionó las pláticas.
Dijo hoy que el gobierno desea solucionar la crisis social en la región del Catatumbo (noreste), donde los campesinos mantienen un paro desde hace un mes y bloqueos a vías de comunicación de esa área en el departamento de Norte de Santander.
Carrillo habló tras el rompimiento de los diálogos entre los delegados del gobierno y los campesinos que mantuvieron negociaciones durante varios días en la localidad de Tibú (noreste), donde se han presentado disturbios con un saldo de cuatro labriegos muertos y más de 50 heridos.
"No podemos seguir sentados a la mesa como rehenes de unos bloqueos que están generado todo un malestar", dijo el ministro desde la Casa de Nariño, sede del gobierno colombiano.
En la madrugada de este jueves la delegación del gobierno conformada por los viceministros de Agricultura, Trabajo, Interior y Defensa, el subdirector de Planeación Nacional y el alto Consejero para las Regiones, abandonaron la mesa de negociación, tras presentar a los líderes campesinos una propuesta para solucionar la crisis.
"Las puertas del diálogo están abiertas, pero las puertas del diálogo bajo condiciones que nos permita a nosotros continuar con ese diálogo", señaló el ministro.
Carrillo descalificó en la víspera un informe de las Naciones Unidas por la muerte de cuatro campesinos durante las protestas que se realizaron el mes pasado en el Catatumbo, que está incomunicado del resto del departamento de Norte de Santander (noreste) a raíz de las manifestaciones que mantienen los labriegos.
"Me parece que no es el momento para proferir un juicio de esa naturaleza y creo que es improcedente la competencia, la soberanía en materia de investigación la tiene en Colombia la Fiscalía General de la Nación", sostuvo Carrillo la noche del miércoles.
De acuerdo con efectivos de la fuerza pública, las protestas en Norte de Santander estaban infiltradas por guerrilleros de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), versión que fue rechazada por los manifestantes.
Una semana atrás el presidente colombiano Juan Manuel Santos invitó a los líderes de la protesta a negociar, sin emabrgo éstos se negaron tras conocer que en el diálogo no participaba el mandatario.
El gobierno negociaba con los líderes campesinos, quienes piden la sustitución de cultivos ilícitos, la reserva campesina y suspender la explotación minera.