LA HABANA, 7 jul (Xinhua) -- Cuba, azotada por las lluvias de constantes huracanes, exhibe hoy una importante red de embalses que cubre todo el territorio nacional y permite acopiar unos 9.000 millones de metros cúbicos de agua.
Las grandes inundaciones provocadas por las torrenciales lluvias del ciclón "Flora", que devastaron amplias zonas del oriente de la isla en octubre de 1963, fueron un factor esencial para que poco tiempo después el gobierno iniciara un amplio programa nacional de construcción de obras hidráulicas.
El objetivo de aquel empeño no solo incluía evitar la futura repetición de desastres similares, sino también almacenar suficientes reservas de agua, aun en periodos de intensa sequía, para garantizar el suministro al sector residencial y apoyar el desarrollo agrícola e industrial impulsado por la naciente Revolución.
Por eso, la isla dispone de 242 embalses administrados por el Instituto Nacional de Recursos Hidráulicos (INRH), capaces de almacenar alrededor de 9.000 millones de metros cúbicos, mientras el 96 por ciento de la población tiene acceso al agua.
A esa cifra hay que sumar varios cientos de presas pequeñas manejadas por el Ministerio de la Agricultura, el mayor consumidor de agua en la isla, y el Grupo Azcuba, que en su conjunto aportan cerca de otros 500 millones de metros cúbicos.
Un estudio realizado en 2005 reveló que debido a la falta de mantenimiento y otros problemas acumulados, había en el país 75 embalses subutilizados, cifra que cuatro años más tarde se elevó a 106, al faltar el respaldo financiero necesario para acometer las labores dirigidas a revertir tan desfavorable situación.
Como afirmaron al diario "Granma" los ingenieros Abel Fernández y Yunior González, directivos de la Dirección de Uso Racional del Agua del INRH, durante los últimos dos años se ha trabajado de manera sistemática y coordinada hacia el logro de ese propósito, que tiene entre sus finalidades aumentar la cantidad de tierras cultivables beneficiadas por el riego para la producción de alimentos.
Esas labores incluyen la reparación de presas, derivadoras y canales e involucran a seis brigadas especializadas con una fuerza laboral estable, y dotadas de los equipos y herramientas adecuados.
Según ambos expertos, el número de embalses subutilizados en el país descendió a 55, y se localizan fundamentalmente en las provincias de Pinar del Río y Artemisa, en occidente; Cienfuegos, Villa Clara y Camagüey, en el centro, y Holguín y Las Tunas, en el oriente.
Cuba carece de abundantes recursos hídricos y la única fuente para su formación son las precipitaciones, sometidas siempre a los caprichos de la naturaleza.
De acuerdo con los indicadores internacionales establecidos, la isla ocupa el lugar 105 en una lista de 182 naciones, al tener un índice de disponibilidad potencial de agua de 3.404 metros cúbicos por habitante al año, que clasifica dentro del rango de bajo.
En los últimos años, el país ha vivido una etapa de sequía, que se inició en noviembre de 2008 y aún no cesa, aunque se agudizó en 2009, año que clasificó como el cuarto con menos lluvias en 109 años.
La falta de precipitaciones se agudizó en un momento en que las autoridades cubanas aplican programas y medidas para aumentar la producción nacional de alimentos agrícolas y rebajar una factura anual en importaciones de esas mercancías que se aproxima a los 2.000 millones de dólares.
Las autoridades han advertido que la sequía es un fenómeno acumulativo que requiere de grandes inversiones para enfrentarlo pues hay que construir canales, mejorar embalses y renovar acueductos, tareas todas que demandan cifras millonarias.
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