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Escándalo por falsos atletas expone a un sistema educativo injusto |
(SPANISH.CHINA.ORG.CN)- Los resultados del examen nacional de admisión para la universidad fueron publicados a finales de la semana pasada, un motivo de euforia para quienes obtuvieron puntajes altos y de angustia para quienes tuvieron un bajo rendimiento.
Mientras que todos los ojos están ahora fijos en las próximas inscripciones, la Universidad Tsinghua causó furor recientemente por un provocativo comentario en un microblog.
El 26 de junio, los funcionarios de admisiones de la prestigiosa universidad expresaron en Weibo que “Tsinghua boicoteó rotundamente la política de darle puntos extras a aquellos atletas provenientes de la provincia de Sichuan que tomen el examen, para permitir a los candidatos honestos y verdaderamente excepcionales estudiar en Tsinghua”.
De acuerdo a una política nacional, los estudiantes que son “atletas de segundo nivel” tienen derecho a 20 puntos extra en el examen de admisión a la universidad, o gao kao, como lo conocen en China.
El anuncio de Tsinghua recibió una fuerte objeción por parte de los centros educativos de Sichuan, quienes pusieron el grito en el cielo y dijeron que la universidad había discriminado a los estudiantes oriundos de Sichuan.
Tsinghua salió en defensa propia, diciendo que el boicot se enfocó en las trampas encontradas en las credenciales de los llamados “atletas de segundo nivel”. Muchas de las cuales parecen ser falsas.
Algunos de los candidatos de Sichuan supuestamente eran de complexión pequeña y no parecían atléticos para nada. Y algunos de ellos no lograron mantener las apariencias durante las entrevistas. Cuando las personas de admisión le preguntaron a un “velocista” qué tan rápido podía correr en una carrera de 100 metros, el chico titubeó y contestó 14 segundos- más lento que la mayoría.
De allí que Tsinghua empezara a sospechar de un gran fraude y desde 2008 negó a todos los atletas de Sichuan los 20 puntos extras.
Ataque contra el fraude.
En tanto que esta demostración fue aclamada como un valeroso ataque en contra de los fraudes educativos, algunos comentadores de Sichuan se lo tomaron muy personalmente, percibiéndolo como un insulto.
El 1 de julio un comentarista de nombre Zhang Hongquan escribió en Sichuan Online, un sitio electrónico local, que una enorme manipulación ocurría de hecho tras bastidores, que ayudaba a los Sichuaneses a asegurarse una ventaja inapropiada, pero que las mismas violaciones posiblemente son superadas por Beijing, ya que la capital tiene más funcionarios.
Desde su propio punto de vista, Tsinghua estaba señalando injustamente a los estudiantes de Sichuan. Llegó a afirmar que muchos estudiantes atletas, que nunca habían ganado una medalla, no deberían calificar para los puntos extras. Se debería de abandonar la política preferencial en interés de la igualdad y la justicia.
Puede haber algo de sustancia en su razonamiento, pero Zhang no logró darse cuenta de que terminar con dicha política, como fin de una forma de inequidad, generaría una nueva inequidad, para los atletas verdaderos.
A pesar de que la mayoría de ellos nunca gana una medalla, eso no niega su compromiso con la tarea deportiva del país. Los 20 puntos extra son una recompensa justificada por su servicio, siempre que sea dado con razón.
Los críticos de este arreglo deberían saber que en los Estados Unidos, donde las oportunidades son más igualitarias, muchas universidades con grandes programas deportivos también admiten estudiantes atletas, empleando un criterio académico mucho menos riguroso y les conceden becas.
No entienden el punto.
Quienes se oponen a los puntos extras no entienden el punto.
En lugar de preguntarse si será desechada, deberían preguntarse ¿Cómo pudo ir mal una buena política?
Tan poblado como lo es, la proporción de estudiantes atletas de Sichuan es notablemente alta comparada con los candidatos ordinarios del gao kao de provincias igualmente pobladas, como Henan y Hubei.
Este número desproporcionado de “atletas” solamente invita a la sencilla conclusión de que un gran número de estos atletas son fabricados. Las autoridades deportivas locales, quienes tienen voz para conceder estos títulos, están, aparentemente, detrás del engaño sistemático.
Podemos presumir con seguridad de que concedieron los títulos a cambio de sobornos recibidos por padres o por órdenes de sus superiores en la burocracia. Y continuaron haciéndolo hasta que Tsinghua dijo haber tenido suficiente de estos fraudes.
Mientras tanto, ninguna autoridad educativa o deportiva, local o nacional, ha siquiera investigado el sospechoso aumento en el número de jóvenes “atletas” de Sichuan- en tiempos de un descenso nacional de la condición física de los jóvenes debido a la falta de ejercicio al aire libre.
El gao kao de China es inmensamente competitivo, a veces se lo compara con las tropas que se empujan unas a otras para pasar sobre un puente de troncos. Un punto menos hace una enorme diferencia entre una buena escuela y una mediocre.
Tan solo imagine ¿Cuántos estudiantes que sí se esfuerzan serán expulsados de la competencia, en la que varios cientos de “atletas de segundo nivel” de Sichuan recibieron puntos extras?
De hecho esta historia no carece de precedentes de engaños similares. En 2006, un buen número de “atletas de segundo nivel” de la provincia de Hunan fueron descubiertos como falsos.
El castigo fue escandalosamente indulgente. Catorce ciudades involucradas en el escándalo sólo vieron suspendido su derecho a clasificar atletas durante un año. La oficina local deportiva entró en una sesión de “crítica a sí misma”.
Cuando la política de puntos extras es explotada por los privilegiados para manejar el sistema educativo en su propio beneficio, se necesita hacer una revisión.
China está atascada en una división inequitativa de la riqueza. Pero la distribución de algunos recusos sociales, particularmente la educación, está igualmente torcida.
Hace décadas ,los pobres de las áreas rurales podían tener esperanzas de cambiar su fortuna estudiando mucho y asistiendo a una buena universidad. Gracias a una estructura social endurecida, ascender a través de la excelencia académica es aún más difícil.
En un informe publicado hace dos años, el diario Southern Weekend citó un estudio indicando que la proporción de estudiantes rurales en las mejores universidades, ha ido cayendo continuamente desde los 90.
En la Universidad de Beijing, ese número cayó desde 30% a 10%, mientras que en Tsinghua, aquellos oriundos de las áreas rurales constituían sólo 17% del total de sus estudiantes. Para la juventud de las zonas rurales, el sistema educativo existente está acomodado en contra de ellos. ¿Por qué razón?
Juego de manos.
En años recientes, las universidades Chinas han obtenido gradualmente libertad para administrar sus propios exámenes para medir y alistar a los aplicantes en base a su desarrollo integral, más que por sus méritos académicos o por su habilidad de aprender memorizando.
Estos exámenes, que suponen una alternativa al inflexible gao kao, están compuestos de muchas artes, deportes y conocimientos de las cosas más avanzadas. Realmente discriminan a los pobres de los lugares rurales.
Encima de eso, el nepotismo y los juegos de manos como otorgar ilegamente puntos extras los ponen en aún más desventaja.
La igualdad en la educación es parte de la consigna del “Sueño Chino”. Tsinghua hizo lo correcto al revelar la amenaza. Las revelaciones necesitan abrirse más, exponer a más individuos, grupos e instituciones que minan las oportunidades equitativas.
Otras escuelas deberían seguir el ejemplo de Tsinghua, hablando claramente en contra de las prácticas maliciosas y llevar a cabo medidas para corregirlas. El silencio les costará mucho, en términos de talento e integridad.