BRASILIA, 19 jun (Xinhua) -- Los gobiernos de las ciudades de Sao Paulo y de Río de Janeiro anunciaron hoy la revocación de las alzas a pasajes de autobús luego de más de una semana de protestas que se extendieron a otras urbes de Brasil.
"Vamos a revocar el reajuste volviendo a la tarifa original", anunció en rueda de prensa el gobernador de Sao Paulo, Geraldo Alckmin.
El anuncio fue secundado por el alcalde de la capital paulista, Fernando Haddad, quien revocó el aumento de 20 centavos de real, un día después de que había dicho que era "imposible" anular el alza pese a las protestas.
Con esa decisión, el pasaje vuelve a quedar en 3 reales (unos 1,36 dólares), contra el 3,20 (unos 1,45 dólares) a que había subido.
Por su parte, el alcalde de Río de Janeiro, Eduardo Paes, también anunció una reducción de 20 centavos de real a la tarifa.
Hasta este miércoles, otras ocho grandes ciudades habían anunciado la reducción de las tarifas de ómnibus, pero la fuerza de las manifestaciones amplió el número de reclamos, revelando un profundo descontento con la clase política.
El gobernador paulista, Geraldo Alckmin, explicó que para financiar la reducción del precio del transporte el gobierno deberá cortar inversiones.
A pesar de reducción que ya debería entrar en vigencia, habrá un período de cinco días para que los lectores de los pasajes en los ómnibus sean ajustados.
Las protestas, que se iniciaron en Sao Paulo días antes de la inauguración el sábado pasado en Brasilia de la Copa Confederaciones 2013, se desbordaron a otras urbes brasileñas, luego de que la policía reprimiera las manifestaciones paulistas.
El lunes pasado, unos 250.000 brasileños (según los organizadores) salieron a las calles de 18 ciudades del país, para sumarse a las protestas, que se enfocaron no sólo a la oposición al aumento al transporte de Sao Paulo, sino a otros ámbitos y sectores.
En Río de Janeiro, los manifestantes invadieron la Asamblea Legislativa; en Brasilia, las protestas llegaron también hasta el Congreso.
Quienes marchaban protestaban lo mismo contra el alza del precio del transporte público, como por "el excesivo gasto público" para la Copa Confederaciones que se juega en Brasil, o para exigir mejores servicios en educación y salud.
El martes pasado, el alcalde de Sao Paulo, Fernando Haddad, descartó por "imposible" anular el aumento al precio del boleto de autobús local pese a las protestas.
El alcalde aseguró que entendía a las miles de personas que salieron a las calles de la ciudad a protestar contra el alza, pero consideró "imposible" anularla.
"El municipio no tiene recursos para subsidiar todavía más las tarifas del transporte público", dijo Haddad, quien se reunió con miembros del Movimiento Pase Livre (MPL), grupo organizador de las protestas en la mayor ciudad de Brasil y Sudamérica.
Según el alcalde, las concesionarias del servicio reciben subvenciones públicas equivalentes a cerca del 30 por ciento de la tarifa, por lo que reducir la tasa de aumento establecida, congelar las tarifas en los niveles anteriores o aceptar las exigencias de transporte "gratuito" de los manifestantes "desequilibraría las cuentas municipales".
No obstante la anulación de las alzas, el Movimiento del Pase Libre, organizador inicial de las protestas, emitió un comunicado afirmando que las demandas continuarán.
"Primera victoria, tendremos mucho más", señala la nota, después de haber afirmado más temprano de que el gobierno se negaba a dialogar"creando una idea de que esto es una cuestión apenas de seguridad pública".
El grupo afirmó también que la prefectura intentó engañar a los manifestantes creando la falsa idea de que, para revocar el aumento anterior, tendría que sacar dinero de la educación, salud y de otrasáreas sociales.
"Eso no es verdad, hasta porque los recursos para sectores como educación y salud están vinculadas y no pueden ser transferidos", señaló el grupo en el comunicado.
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